El joven de 19 años detenido por el crimen del sanrafaelino Matías Lozano en Neuquén, después de ser imputado formalmente por la fiscal Eugenia Titanti, quedó internado en una clínica de salud mental de la misma ciudad.

M.F.G. fue acusado por la fiscal Titanti de “homicidio simple, robo y estrago doloso”. Se le endilgó la muerte de Lozano, la sustracción de sus pertenencias y luego el incendio que provocó en el inmueble y que pudo ser sofocado por bomberos.

En medio de la investigación, surgió como hipótesis que M.F.G. sufrió un brote psicótico y, bajo esa condición, habría cometido el crimen. Tras la pericia psiquiátrica que ordenó Titanti se determinó que el acusado comprendió la criminalidad de sus actos y por eso decidió imputarlo.

No obstante, al considerarlo “una persona peligrosa para sí y para terceros”, provisoriamente solicitó su internación en una clínica de salud mental, petición a la que hizo lugar la jueza Gagliano.

M.F.G. escapó del complejo de departamentos donde vivía Lozano y luego abandonó las valijas de la víctima en un descampado que recorrió cuando se fugaba. Allí cometió un error clave y que permitió a la Policía detenerlo: además de las valijas, dejó una mochila donde los uniformados encontraron su documento de identidad.

Con esa prueba la fiscal Titanti avanzó significativamente en el esclarecimiento del crimen, ya que ordenó detener al presunto asesino en su casa ubicada a unos 2 kilómetros del departamento de Lozano.