La idea era recordar a los desaparecidos en el proceso militar, pero el anuncio de la llegada de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, despertó la ira irracional de un grupo de vándalos, que atacó la Plaza de la Memoria, lugar donde se iba a realizarse el acto de conmemoración.

    “Ni 30.000, ni inocentes”, decía la pintada que sorprendió a los sanrafaelinos que recorrieron el espacio verde de calle Mitre. Sin embargo, el acto previsto para recordar la memoria de quienes padecieron uno de los momentos más oscuros del país se realizó tal como estaba previsto, con el discurso de Carlotto y los pedidos por la pronta aparición con vida de Jorge López.

    La marcha se inició en el kilómetro 0 ante unas 600 personas, acompañados por una bandera de 400 metros, precedida de otra que decía “Nunca más”. La columna se dirigió por avenida San Martín hasta la ex estación del ferrocarril, para desembocar en la Plaza de la Memoria, a la cual rodearon.

    Seguidamente, se cumplió el acto que organizaron distintas entidades intermedias locales. Después del himno, se hizo un minuto de aplausos (en lugar del tradicional minuto de silencio) en recordación de los desaparecidos y se descubrió una placa. Hablaron en la plaza la titular de la Asamblea por los Derechos Humanos, Teresa de De la Reta, y Estela de Carlotto, quien llegó acompañada por su hija Claudia.

    POR LA MEMORIA. “El encontrar cada nieto significa un triunfo de nosotros sobre el proyecto de la dictadura, que era que estos chicos jamás se encontraran con la historia de sus padres y que fueron educados por los genocidas, quizás los propios asesinos de sus papás”, dijo Carlotto.

    “Cuando estos jóvenes saben quiénes son, cuál es su origen y quiénes fueron los que los trajeron al mundo con un proyecto de vida, cuando se les cae esa cáscara de una crianza falsa, adentro está el hijo de esos padres heroicos, militantes, con utopías que no pudieron cumplir, pero que llevan su sangre y su historia”.

    Carlotto se refirió al proyecto anunciado por el Ejecutivo provincial acerca de la creación de la Coordinación de Derechos Humanos. Calificó la iniciativa como positiva y dijo: “Esos espacios sirven para profundizar las políticas sobre derechos humanos dentro de un gobierno. Los felicito y los acompaño con el corazón”, enfatizó.

    PEDIDO. Luego, Carlotto pidió “juntarnos para seguir luchando contra aquellos, que son pocos, quienes están tratando de meternos miedo mediante amenazas y hoy rogamos e imploramos que el compañero López aparezca”. “La ilusión de todos es que esté vivo”, añadió y destacó su fortaleza al “haberse enfrentado con su torturador, quien por horas lo miraba mientras largaba toda esa historia que él guardó durante 30 años.

    Tuvo la valentía de mirarlo, de acusarlo no sólo de sus torturas, sino también de todos los crímenes aberrantes que cometió Etchecolatz. Si es que alguien lo tiene secuestrado, que sepa que vamos a buscarlo todos los días para que aparezca sano y salvo”. Más adelante, Carlotto expresó: “Treinta años no pasaron en vano, como la sangre derramada no fue en vano. Estamos de pie y mi mensaje es que no les tenemos miedo.

    Seguramente seguirán mandando anónimos, amenazando a jueces, a las abuelas, a militantes por la vida y, aunque esos mensajes lleguen, van a ir a la basura al igual que ellos, que son basura, porque vamos a sentir desprecio y más fuerza para seguir luchando”, prosiguió.

    “Que cada uno pague como merece a través de la justicia que no dieron a nuestros hijos. Les estamos dando el privilegio inmerecido de ser juzgados y condenados por la Constitución. Nadie de nosotros tomó venganza por mano propia. No tenemos rencor ni odio, ni revancha”, consignó.

    MENSAJE. Destacó, también, que las nefastas Leyes de Obediencia Debida y Punto Final ya no existen y “eso es lo que les da miedo. Que sean juzgados y condenados por lo que cometieron, tanto uniformados como civiles, tienen que ir a la cárcel porque vendieron nuestra patria”, dijo.

    “No es posible aceptar la convivencia con genocidas. Sería una sociedad enferma. ¿Qué podríamos entregarle a los jóvenes que quieren creer en la verdad y en la justicia, si nosotros no la practicamos? Por ellos estamos acá, vamos a seguir con esa bandera, con el corazón abierto y la mente firme por la verdad y la justicia”, concluyó.