Mientras los fabricantes de automóviles mundiales compiten para llevar el primer automóvil volador al mercado masivo, un piloto checo acaba de presentar su “GyroDrive”, un mini helicóptero que puede comportarse como un auto.

El GyroDrive utiliza un rotor vertical similar al de los helicópteros para moverse hacia arriba y hacia abajo, y una “hélice de empuje” como la de los aviones para avanzar hacia adelante.

El vehículo necesita menos de 100 metros para despegar y alcanza una velocidad máxima de 180 km/h en el aire.

Los precios comienzan en 1.5 millones de coronas (unos USD$ 63.500), pero pueden llegar a cuatro millones de coronas, dependiendo de las especificaciones.

El piloto checo Pavel Brezina, inventor del vehículo, afirma que es el primero en el mundo autorizado para operar tanto en las rutas comunes como en el aire.

“Todo el mundo está intentando fabricar un coche de alta velocidad que pueda volar, pero esto es algo diferente”, dijo Brezina a la AFP en un hangar del aeropuerto de Prerov-Bochor, en el este de la República Checa.

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La empresa Nirvana Systems, propiedad de Brezina, compra girocópteros a una empresa alemana y luego los equipa con un sistema que permite al piloto intercambiar entre un motor de gasolina que impulsa los rotores y un motor eléctrico que impulsa las ruedas.

El GyroDrive de dos asientos tiene una velocidad de conducción máxima en tierra de sólo 40 km/h y puede llevar a su tripulación de dos personas distancias cortas, como por ejemplo a una estación de servicio o a un hotel.

El rango de vuelo es de 600 kilómetros, bastante bueno para las dimensiones del aparato.

Después del aterrizaje, el piloto sólo tiene que fijar las palas del rotor principal a lo largo del eje del GyroDrive y sacar una patente incorporada para transformarlo en un vehículo de carretera.

Brezina obtuvo las chapas patente de su GyroDrive en marzo, tres años después de iniciar el proyecto.

Para su primer viaje, voló a unos 143 kilómetros al oeste de un aeropuerto en las afueras de Praga, luego fue al centro de la ciudad a tomar una taza de café en la capital checa, Plaza Wenceslao y fue detenido por la policía en el camino.