La Casa de Gobierno ayer era un verdadero hervidero. Gente que se escondía para no hablar con la prensa, funcionarios enojados que no se hablaban entre ellos y un ambiente un tanto pesado por las denuncias contra una empresa de la familia del subsecretario de Planificación Sanitaria y cuñado del gobernador, Ricardo Landete.
En medio de semejante realidad, desembarcó en el lugar el embajador en Chile, Ginés González García, quien se cruzó desde el Centro de Congresos y Exposiciones –donde había un encuentro sobre el control integrado– para saludar al gobernador Celso Jaque. El ex ministro de Salud estaba un poco apabullado por las corridas de los periodistas que buscaban la declaración de un funcionario. Debe haber tenido ganas de volver rápido a la Embajada.