Empecemos por lo básico: ¿para qué fake news?La respuesta es obvia, para manipular. Pero a quién. Sí, ok a la opinión pública. ¿Eso qué es?

Hay numerosas definiciones de opinión pública. La mayoría de los autores coinciden en que en que la opinión pública se da a partir de la aparición de 5 factores:

– Redes horizontales (las tradicionales, familia, trabajo, etc.) organizadas en un plano de igualdad.

– Pero con alguien con más autoridad que dirige en un plano de verticalidad.

– Eso lo hace con un sistema de comunicación, con todos sus elementos (mensaje, canal, etc.), símbolos y características tecnológicas. Y acá no importa la tecnología, todas las redes usan algún sistema de comunicación.

– Los integrantes de la red conversan sobre los temas que afectan a la red, contestan y participan de asuntos públicos.

– Y, como siempre hay diferentes posiciones frente a un mismo tema, surge la necesidad de influir sobre los integrantes de la red para convencerlos de que mi posición es mejor que la del otro.

En 1774, a esto que ocurría en esos diferentes territorios físicos donde la gente conversaba entre sí, Russeau le puso nombre: opinión pública.

Entonces, podemos decir que el concepto opinión pública se refiere a:

Lo que ocurre allá afuera.

– Es un elemento de la construcción-destrucción del poder.

– Es dinámica.

– Evoluciona.

Destaquemos el punto 2: es un elemento de la construcción – destrucción del poder y lo que dije antes, donde hay libre circulación de opinión siempre hay alguien que la quiere influir.

El concepto de “fake news” no es nuevo. Aunque no lo creas, vivimos con la información manipulada o falsa desde hace miles de años. Y la tecnología tiene un poco que ver. Cada salto tecnológico brinda, por un lado, la posibilidad de difundir mayor información y, por el otro (por suerte), la “democratización de la información” ofrece mayor posibilidad de refutarla.

Históricamente, los mayores productores de fake news fueron los gobiernos. Ellos son los que tenían los recursos para manejar la tecnología, crear canales de comunicación, controlar el mensaje y eliminar cualquier intento de refutación de los contrarios.

“Cuatro periódicos hostiles son más de temer que mil bayonetas”, dijo Napoleón.

Nuestro amigo francés, cerró en un año 64 de los 73 periódicos que había en Francia y manipuló el mensaje creando la Dirección General de Imprenta, donde se controlaba toda la actividad cultural de artistas y escritorios dirigidos a alabar al Gobierno.

Prestá atención a estos inventos:

– La imprenta.

– La imprenta a vapor (impresión a alta velocidad).

– Red ferroviaria (distribución de periódicos).

– El telégrafo.

– La fotografía.

– La linotipia.

– La aviación.

– La TV.

– Internet.

– Las redes sociales.

Los avances tecnológicos aumentaron la capacidad de producción, conexión y las vías de comunicación.

Y la mentira: acá este interesante video nos muestra la primera fotografía fake de la historia (sí, tiene un trasfondo político del gobierno francés):

YouTube video

Unamos el fenómeno tecnológico con el voto:

– Reformas electorales

– Sufragio universal masculino

– Sufragio universal femenino

La base del electorado se amplió. Hay más gente para votar. Hay más gente a la que tengo que convencer.

Ya hablamos de 2 elementos: el avance tecnológico y la ampliación del electorado. Incluyamos un tercero: las guerras. Esta fue la época dorada de las fake news. La propaganda militar fue la que puso el ojo en las técnicas de (des)información. De hecho, aún hoy, algunos gobiernos como los de Cristina Fernández de Kirchner, Chávez y Maduro (entre otros) siguen utilizando los 11 principios de la propaganda de Goebbels. En contrapartida, Chomsky “acusa” directamente a los medios de comunicación (aliados a los gobernantes de turno), de utilizar 10 estrategias de manipulación mediática.

De todos los avances tecnológicos, la difusión de imágenes es lo que más ha potenciado a las fake news. Ya lo dice la sabiduría popular: una imagen vale más que mil palabras. La imagen da credibilidad a cualquier hecho, sea que se haya estado en el lugar o no, sea un montaje o photoshop o esté totalmente encuadrada para contar solo lo que quiero contar (y aquí, entra la teoría del framing. Sí, el “encuadre” es parte del relato).  Ejemplos sobran.

Tenemos, entonces, la necesidad de manipular y su hermanita, la necesidad de crear mensajes manipulados, por lo tanto, alguien paga para que se produzcan-difundan:

– Canales propios

– Medios comprados

– Perioperadores

– Granjas de bots

– Trolls centers

– “Influencers”

En Latam, no nos quedamos afuera. Los gobiernos de tono populista han sido muy “cuidadosos” no solo en la elaboración del mensaje, sino en la construcción de una red de creación, instalación y difusión de temas.

Para resumirlo, el proceso partió:

1 – Cuestionando a los medios tradicionales o “hegemónicos” con campañas de desprestigio.

2 – Creando medios “alternativos”.

3 – “Armando” comunidades de personas “descreídas”. Esa gente fue aislada, consume solo lo difundido por “sus fuentes de información”, no tolera el disenso y perdió su capacidad crítica.

4 – “Plantando” la información con 2 y fomentando la conspiranoia en 3.

5 – Difundiendo por redes sociales.

No la tenemos fácil. Como ciudadanos, tenemos que “autogestionarnos la verdad”, transformándonos en periodistas del periodismo.

* La autora es consultora en comunicación