Con sólo veinte años, Nahuel Pérez Biscayart ha sido parte de ambiciosos proyectos tanto para cine (El aura, Tatuado), teatro (Los mansos) como para televisión (Disputas, Sol negro, Amas de casas desesperadas), en una carrera breve, pero notoriamente fecunda. Sin embargo, lejos de sumirse en el papel del joven estrella, Nahuel es un hombre reflexivo, reacio a lo mediático y muy medido en sus palabras. Fue uno de los invitados especiales al II Festival Latinoamericano de Cine de San Rafael, al cual asistió para presentar la película que lo tiene como protagonista, Tatuado, una realización de Eduardo Raspo. Allí dialogó con Protagonistas y contó algunas de sus experiencias.

¿Cómo fue tu arribo al cine?
    En realidad, había hecho un pequeño papel en Próxima salida (2o04) y luego participé en El aura (2005), pero mi primer protagónico fue en Tatuado. La verdad es que siempre el debut está cargado de nerviosismo y la ansiedad propia de ser joven.

¿Cuándo comenzaste en esto de la actuación?
    A los 13 años me anoté en un taller opcional de teatro que daban en mi colegio, como una alternativa para desenchufarme de la escuela gris a la que iba. Ahí me di cuenta que actuar me aportaba muchas satisfacciones.

Tu primer intento fue en TV y allí empezó la vorágine de propuestas.
    Algo así. Participé de un unitario de los hermanos Borenstein, La familia potente, pero ese proyecto se cayó. De todos modos, me dio la posibilidad de tomar contacto con otras propuestas.

¿En qué lugar te sentís más cómodo?
    En ningún lado (ríe). Es difícil sentirse bien en la TV, porque te genera más presión, por eso me interesan más el teatro y el cine, siempre que sean serios.

¿Es difícil ser joven en el medio?
    Creo que te inhibe un poco a la hora de expresarte. Pero siempre pienso que quiero decir algo y, entonces, busco un cable a tierra que me aleje de los miedos.

¿Cómo manejás lo mediático?
    No me gusta exponerme, pero, obviamente, uno actúa para que otro lo vea. Lo que sí tengo claro es que nunca hice ni voy a hacer nada que me escrache mucho.

¿Qué piensan tus padres de tu elección?
    Están muy contentos, mientras haga y viva de lo que me gusta.