La música británica ha dicho basta. Desde los artistas que aún esperan a ser descubiertos hasta estrellas mundiales como los Rolling Stones, Paul McCartney, Kate Bush o Noel Gallagher. Una nutrida representación de ellos ha firmado ya una petición abierta y han puesto en jaque a los gigantes de la escucha en streaming como Spotify y Apple Music, a quienes acusan de no estar pagando de forma justa a los músicos que forman parte de su plataforma, yal primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, al que reclaman una regulación efectiva de las tecnológicas estadounidenses.

Entre los más de 230 nombres de grandes artistas que se han unido a la causa, figuran los integrantes de grupos contemporáneos como Coldplay, Two Door Cinema Club o The Chemichal Brothers, pero también veteranos como Tom Jones, Yoko Ono, Van Morrison, Sting y algunos integrantes de Led Zeppelin. La propuesta ha sido respaldada ya incluso por Naciones Unidas a través de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, un organismo que argumenta que la música “debería ser considerada un derecho de la comunicación pública”. La lista la completan artistas de gran popularidad como Pet Shop Boys, Rebecca Ferguson, Barry Gibb (Bee Gees), Emeli Sandé, Jarvis Cocker (Pulp), Gary Barlow, Annie Lennox, Damon Albarn (Blur, Gorillaz), Paloma Faith, Joan Armatrading, Bob Geldof, Boy George, Melanie C y Kano.

“Necesitamos un organismo regulador que nos asegure un trato justo por parte de estas plataformas y que además esté supervisado por la ley”, explica la carta abierta publicada por la Music Producers Guild (MPG) y la Musicians’ Union, sindicatos ambos que representan a las decenas de miles de personas que forman parte del mundo de la música británica.

“Reino Unido tiene una larga y orgullosa historia en la que siempre hemos protegido a nuestros productores, emprendedores e inventores. Creemos que todos estos creadores británicos merecen la misma protección que se obtiene en otras industrias cuando su trabajo se ve devaluado”.

Over 75 artists including The Rolling Stones add their names to the #FixStreaming call.

It’s time for @BorisJohnson to put the value of music back where it belongs – in your hands.

Read more ➡️ https://t.co/1ViDLI2eZE

Sign the petition ➡️ https://t.co/FwC1iobMNf#BrokenRecord pic.twitter.com/0S5crB0VLF

— Musicians’ Union (@WeAreTheMU) June 7, 2021

El reclamo principal, que ha llevado a que durante los últimos meses se hayan producido protestas delante de sedes de Spotify alrededor del mundo, es que los artistas “reciben una retribución mínima” por su trabajo cuando pasa por el filtro de la plataforma.

“Si conseguimos arreglar estos problemas, haremos del Reino Unido el mejor lugar del mundo para ser músico, productor o letrista, permitiendo que nuestros estudios de grabación y nuestros escenarios resurjan de nuevo. Si lo hacemos, reforzaremos nuestra posición hegemónica en el sector cultural, fortaleceremos el mercado y permitiremos que florezca una nueva generación de talento”, apuestan los firmantes de la carta.

En cualquier caso, la demanda principal de quienes apoyan la causa es que se cree un organismo similar al que regula ahora mismo a las radios y que sirva para canalizar los ingresos que reciben estos artistas. Una demanda que se produce, además, en el marco de la presidencia del Reino Unido del G7, que ha llevado, entre otras cosas, a un acuerdo histórico entre sus miembros para garantizar que las empresas que operan en sus territorios no puedan tributar su actividad fuera de sus fronteras.

Sin embargo, el problema podría no estar únicamente en las plataformas de streaming, sino también en las discográficas, a quienes durante una sesión parlamentaria en Westminster en diciembre del año pasado se les acusó de quedarse con hasta un 82% de los ingresos que genera por esta vía la música de sus artistas. Las conclusiones de la investigación, que finalizó en marzo, se harán públicas este mismo verano, lo que podría conducir a la modernización de la Ley de Copyright del año 1988.