Hace poco se realizó la IV Cumbre Mundial de la Industria de la Telenovela y la Ficción en Madrid (España). Allí, entre los 170 actores, productores y directivos del mundo de la ficción televisiva que disertaron sobre el auge de los productos latinos en los países asiáticos y árabes, estuvieron la productora Cris Morena y el actor Gustavo Bermúdez.

VOZ AUTORIZADA. Decenas de profesionales de una ficción “más fresca, auténtica y natural”, según refirió Morena, abordaron la situación actual del sector cuyo eje son las telenovelas, las que se proyectan significativamente hacia nuevos mercados, como el asiático o el árabe. Respecto del género de las novelas televisivas actuales, Morena sostuvo: “Las de ahora tienen una frescura mayor. Diferenciaría el éxito grande de las telenovelas culebrón, éstas dramáticas, como Pasión de Gavilanes, y las teleseries como Betty La Fea, que para mí ya es más telecomedia y abre una puerta a mirar el mundo desde un lado más divertido y más irónico”.

    Éstas palabras vertidas por la artífice de éxitos como Rebelde Way, Chiquititas, Floricienta establecieron algunas de las pautas que distinguieron las producciones de ayer y de hoy.

PRECURSORA DE GRANDES ÉXITOS. Ahora, estos formatos son una apuesta segura que empieza a colonizar los mercados televisivos árabe, asiático y el de los países de la antigua URSS, que hace unos años se encontraban acaparados por los reality shows, los que Cris calificó de “aberrantes”. “Yo empecé –comentó– a hacer ficción en Argentina con el boom de los reality. Fui la primera productora que se atrevió a hacer producción cuando todas las cadenas destinaban sus grillas a los reality”.

    “La gente necesitaba volver al cuento y, a partir de eso, Argentina empezó a hacer muchísima ficción y nos especializamos con mucho nivel de calidad para competir”, agregó. Al parecer, su visión no estaba errada pues alcanzó gran repercusión en el exterior. “Quienes miran hacia los países latinos son los estadounidenses, quienes tienen la industria más rentable para la ficción televisiva, tanto en inversión como en proyección”, expresó.

LUCHAR POR IDEALES. Durante el encuentro, Cris distinguió entre el concepto de telenovela y el de teleserie, que es lo que hace ella y donde los protagonistas son corales, con una edición muy moderna que refleja el mundo de un grupo en concreto. “La telenovela –explicó– es un género muy clásico y muy estructurado, muy atrayente para la mujer de mediana edad”. En cambio, para los jóvenes es diferente”, insistió la productora, pues son muy “exigentes y persiguen verse reflejados en unos ideales, en una forma de ver y vivir en un mundo de consumo y alejado de ciertas hipocresías de los adultos.

GAJES DEL OFICIO. Otra de las voces nacionales que también se hizo sentir en las jornadas fue la de Gustavo Bermúdez, quien, en referencia a las críticas que muchas veces se ejercen desde los propios profesionales del sector hacia el género de ficción televisiva, dijo: “Puede que lo detesten, quizás porque nunca lo hicieron, y puede haber un miedo hacia lo desconocido”.

   “La telenovela me dio muchas satisfacciones y es un género que me gusta y lo disfruto mucho. No me preocupa el encasillamiento. Estoy muy orgulloso de la telenovela, me ha abierto las puertas en más de treinta países”, manifestó Bermúdez. Para el actor, la ficción latinoamericana, que tiene aún mucho crecimiento por delante, “acabará dividida por géneros, como ya ocurrió con el séptimo arte”. Por otro lado, la creciente proyección de las telenovelas en países asiáticos, árabes y en los de la antigua URSS demuestran la universalidad de este sector.