Más de 200 focos volcánicos en un territorio de apenas 51.100 kilómetros cuadrados hacen de Costa Rica una verdadera tierra de fuego que los turistas aventureros pueden descubrir. Aunque son menos de cien los colosos que presentan alguna actividad, miles de visitantes llegan cada año al país centroamericano para observar sus cráteres, fumarolas y lagunas, así como la exuberante vegetación en los volcanes y, con un poco de suerte, admirar alguna erupción. La gran cantidad de volcanes en suelo costarricense se debe a la ubicación del país como parte del Cinturón de Fuego del Pacífico.

    Aunque son relativamente jóvenes, ya que se han formado en los últimos dos millones de años, cada macizo tiene una personalidad propia. Los principales volcanes costarricenses se encuentran en parques nacionales al norte y en la zona central del país y son de muy fácil acceso para visitas de un día. Además, cuentan con servicios básicos como sanitarios, atención de guardaparques, senderos e información. Por esto, además de belleza natural, los volcanes de Costa Rica son también unos fabulosos parques recreativos donde se puede disfrutar de caminatas, pesca deportiva, paseos en bote, natación, kayak, cabalgatas, camping y ciclismo de montaña, entre otras aventuras.

FIESTA DE FUEGO. El Arenal es, por mucho, el volcán más famoso e impresionante de Costa Rica. Ubicado en el medio las extensas llanuras de la zona norte, unos 85 kilómetros al noroeste de San José, este coloso es reconocido en el mundo entero por poseer un cono casi perfecto que se eleva 1.700 metros sobre el nivel del mar. Hasta 1968 se lo consideró un volcán extinto, pero, desde una fuerte erupción que hizo ese año, se ha mantenido en actividad constante y es el deleite de nacionales y extranjeros, sobre todo en las noches, cuando, si el clima lo permite, protagoniza un verdadero espectáculo pirotécnico al lanzar rocas fundidas, gases y cenizas de colores rojos y amarillos, visibles desde varios kilómetros a la redonda.

    El volcán se ha convertido en el eje de la vida de la zona, especialmente de la comunidad rural de La Fortuna, cuyos habitantes cambiaron la agricultura y la ganadería tradicionales por hoteles y balnearios con aguas termales. Los hoteles de la zona, en donde se ubican algunos de los spas más exclusivos del país, están llenos todo el año y para los nacionales, muchas veces, es difícil encontrar espacio disponible, ya que, además de la belleza de la zona, sobran los rumores acerca de las propiedades curativas de las aguas termales del volcán El Arenal.

VISTA PERFECTA. Pocos son los puntos en el planeta que ofrecen un paisaje donde se pueden ver desde lo alto dos de los más grandes océanos del mundo: el Pacífico y el Atlántico. Uno de estos exclusivos lugares es el volcán Irazú. Este coloso es el más alto de Costa Rica, con una altura de 3.432 metros, desde la cual se pueden apreciar los dos océanos que bañan las costas del país. El Irazú, ubicado en la provincia de Cártago, unos 52 kilómetros al este de San José, es un escudo volcánico complejo de 500 kilómetros cuadrados y de forma subcónica irregular. Lo interesante es que en cualquier vehículo particular y hasta en un servicio de transporte público, se puede llegar a la cima de este volcán, que tiene semejanza con un cráter lunar, lleno de agua verde sulfurosa.