El escudo del radicalismo tironeado por dos extremos: de un lado, el titular del partido, Roberto Iglesias, y del otro, el gobernador mendocino, Julio Cobos. Esa es la imagen que quedó luego de la convención nacional de la UCR que se desarrolló entre viernes y sábado en Rosario, Santa Fe. Es que si bien este órgano partidario dejó en claro que ningún dirigente puede aliarse con el presidente de la Nación, Néstor Kirchner –y si alguien lo hace, no debe usar el escudo del partido–, para los cobistas eso no esta cerrado aún.

    Creen que la legitimidad para dar un paso de esta naturaleza se la darán los afiliados en una elección interna, y no un puñado de convencionales. La pelea continúa y cada vez se torna más fuerte. La gente que pide a Cobos, incluido el vicegobernador Juan Carlos Jaliff, piensa seguir buscando apoyo en las bases, y por eso el viernes realizarán un gran acto en un salón ubicado en pleno centro de la ciudad de Mendoza.

   Esto tampoco es antojadizo. No por casualidad el encuentro está organizado para unas 300 personas en el corazón del sector donde Iglesias y su gente han logrado abroquelar su liderazgo. Para evitar más discusiones y palos al gobernador, Cobos no estará presente. “Seguiremos recorriendo los departamentos como lo hemos hecho hasta ahora, con Jaliff, Biffi, los intendentes, ministros y los legisladores; pero, en esta movida, Julio queda afuera”, comentó un allegado a ese sector, y agregó: “Queremos que sea la propia dirigencia mendocina la que se exprese y le dé su apoyo a esta gestión, no un grupo de convencionales que no forman parte de la estructura de radicales que hoy gobierna”.

    Sin dudas, la idea es agilizar la agenda de reuniones para llegar al 29 de setiembre, fecha indicada para el gran acto donde sí estará el gobernador. Ellos consideran que, de esa manera, le podrán devolver a Iglesias la cachetada que le dio con la convención nacional y, al llamar a internas, lo pondrán al ex gobernador a la altura de Cobos. EL PORQUÉ. “Estamos convencidos de que esta es la única forma de salvar al radicalismo”, dijo Jaliff ayer, a modo de reflexión, al ratificar que convocarán a internas partidarias, y explicó:“Queremos volver al gobernar en el 2007”.

    En cuanto a Kirchner, Jaliff y otros dirigentes aseguraron que eso se verá más adelante. Dicen que si su sector gana la pelea en las urnas, no pueden venir de afuera de la UCR local a decirles qué hacer, porque entonces tendrían la legitimidad que tanto les reclama la gente de Iglesias. Incluso, hasta se piensa que la Justicia Federal Electoral tome cartas en el asunto. La aparición de este mediador la podrían plantear ambos grupos: desde el iglesismo dicen que es una garantía para que todos acaten el mandato de la convención, y desde el cobismo sostienen que también es una herramienta para que se respete la voluntad del electorado.

   Esto significa que si ellos logran cosechar el triunfo, el partido acate la alianza que desean realizar. Otro espacio de poder que hoy está en juego es el congreso partidario provincial. Si bien todos los radicales admiten que en el comité local, Cobos y Jaliff tienen la mayoría de los votos (por lo que podrían imponer la convocatoria a internas), la pelea se centra en cuántos convencionales tiene cada sector.