El suceso tuvo como protagonistas a un taxista y a un efectivo policial de Inteligencia Criminal, quien viajaba en su auto particular junto a su esposa. Aparentemente, todo sucedió cuando, sin conocerse los motivos, Ricardo Horacio Quiroga, quien manejaba el auto de alquiler, le tiró el vehículo encima al policía –no se publica su nombre por el área en la que desempeña funciones–. Luego de intercambiar palabras, el taxista se bajó del rodado con un palo en la mano, el que fue quitado rápidamente por el efectivo.
Los gritos continuaron sucediéndose y, de un momento a otro, Quiroga ingresó al aditamento 450 y sacó un arma de fuego. Al ver esto, el policía subió a su auto y escuchó dos impactos de bala en su vehículo: uno en la puerta trasera y el otro en el baúl. Pero esta historia no terminó acá, sino que el agresor arrancó apurado el taxi y se dio a la fuga, mientras el efectivo lo seguía sin perderlo de vista. Así las cosas y en medio de la persecución, Quiroga detuvo la marcha en la Comisaría Nº27, lugar en el que finalmente los dos terminaron dando explicaciones.
El taxista argumentó que el otro sujeto lo venía siguiendo para robarle, situación que el efectivo desmintió rotundamente al expresar que era policía y que el taxista le había disparado dos veces en su auto, invitando a los uniformados que tomaron la denuncia a ver el rodado, tras lo cual corroboraron los impactos de bala. Después de esto, Quiroga quedó detenido, pero fue liberado, ya que no pudo encontrarse entre sus pertenencias ni en el auto que conducía la supuesta arma con la que efectuó los disparos. El caso fue remitido a la Comisaría Tercera, donde quedó asentado en la guardia como averiguación de arma de fuego.