Boca dejó en Santa Fe sus últimas ilusiones de pelearle mano a mano el título del Clausura al puntero, San Lorenzo, al perder ayer 2 a 1, sobre el final, con Colón. El Cementerio de los Elefantes fue la última morada para las esperanzas de los dirigidos por Miguel Ángel Russo, quien optó por un equipo alternativo y recurrió a los titulares cuando, en el segundo tiempo, el marcador igualado en uno no le servía de mucho. El 1-3 del jueves ante Cúcuta por la Copa Libertadores obligará a Boca a un máximo esfuerzo el jueves, cuando reciba al conjunto colombiano en la Bombonera y con la obligación de ganar al menos 2 a 0 si quiere alcanzar la final del certamen.

    En un partido sumamente equilibrado, Colón llegó con más resto físico al final y, en ese panorama de ida y vuelta que se planteó en los últimos minutos, los santafesinos corrieron con ventaja. Las máximas emociones del primer tiempo se registraron durante los últimos diez minutos, ya que a los 36 se pusieron en ventaja los dueños de casa por intermedio de Freddy Grisales y a los 44 igualó Mauro Boselli al aprovechar un rebote que dio el arquero Laureano Tombolini.

    Con esa paridad en el juego y el marcador salieron ambos a disputar el segundo tiempo. Este Colón “arriverado” de Leonardo Astrada y su ayudante, Hernán Díaz, que además tenía en el campo a José Sand y Diego Barrado, salió por tres puntos que le permitieron aventar definitivamente el fantasma de la promoción. En tanto, Boca pugnó por una victoria imprescindible para ponerse a un punto del líder, San Lorenzo, y mantener las expectativas hasta el final. Por eso, Russo, quien en su primera movida del día desplazó al cuestionado arquero paraguayo Aldo Guido Bobadilla al banco de suplentes y puso en su lugar a Pablo Migliore, de buena tarea, tiró toda la carne en el asador para mantener los sueños.

    Uno a uno fueron ingresando en el conjunto xeneize Juan Román Riquelme, Rodrigo Palacio y Martín Palermo, pero esta vez la movida no le salió bien a Boca, que parecía condenado a la igualdad. Sin embargo, cuando faltaban tres minutos y la paridad parecía inamovible, José Sand lanzó un centro bajo al primer palo que Rubén Ramírez le anticipó a Matías Silvestre para sellar la festejada victoria sabalera. Un triunfo con significado especial para varios colonistas, quienes hicieron claudicar a Boca y dejaron abierto el camino para que el San Lorenzo de Ramón Díaz empiece a saborear el título.