Unas jugosas empanadas tucumanas, una imagen de Diego Maradona y un mate recién cebado son imágenes que sirven para definir la argentinidad, al menos en esta ciudad balcánica, a once mil kilómetros de distancia.

Esa es la carta de presentación de Patricio Ivankovic, un arquitecto tucumano de Yerba Buena cuya historia en esta ciudad está fuertemente cruzada por las raíces familiares, la nostalgia y el amor… y también por las empanadas, claro, que fueron parte importante de esa conexión inesperada.

Son días muy especiales para “Panda”, como conocen en esta ciudad a Ivankovic. Espera una victoria histórica del equipo argentino de Copa Davis, y sueña con Maradona festejando en su local, a pocas cuadras de la plaza central, y con su especialidad, las empanadas que aprendió gracias a Fátima Jara, una señora de su pueblo que años atrás deslumbró en la fiesta nacional que se realiza en Famaillá. 

Dejó Tucumán para “bajar un cambio”, agobiado por las obligaciones laborales, y encontró en esta pintoresca ciudad del este europeo su otro lugar en el mundo. Llegó por seis meses para estudiar el idioma, pero al poco tiempo conoció a Ania, una joven polaca, se enamoró y después de un breve regreso al país, tras superar una meningitis que lo tuvo al borde de la muerte, decidió volver.

Patricio Ivankovic.

Mientras repartía su tiempo entre trabajos de diseño y arquitectura, y repulgando empanadas, Ivankovic se encontró, por el destino o por el azar, atravesado por una parte importante de su historia familiar que desconocía. “Me enteré acá que mi bisabuelo tenía una cadena de panaderías”, le contó a DyN, mientras sonreía porque él, más de medio siglo después, logró reconstruir parte de una identidad familiar que desconocía. “Y yo ahora con las empanadas”, agregó.

“Soy muy argentino pero acá vivo esta otra parte de mi historia”, sostuvo con un típico acento tucumano y alargando las palabras. Las empanadas son acaso el hilo conductor de la historia de un tucumano de Yerba Buena en Zagreb, al que las raíces familiares, la nostalgia y el amor parecen haber anclado en esta pintoresca ciudad.