Terminar el 2006 con uno o dos dígitos de inflación no es tan relevante para el Gobierno. Lo importante es que culminará el año con un logro más en materia económica: reducir el índice de precios al consumidor por debajo del 12,3% registrado en el 2005. Y es más importante aún, subrayan fuentes del Gobierno, que esa meta se haya alcanzado sin hacer ajustes, recortes al gasto social o meter la economía al “freezer”. Nada de esto pasó por la cabeza del presidente Néstor Kirchner.

         Por un lado, designó al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, para negociar con los empresarios acuerdos de precios que contuvieran las presiones inflacionarias. Por el otro, encargó a la nueva ministra de Economía, Felisa Miceli, mantener el rumbo del crecimiento económico. Los datos del INDEC, once meses después, resultan irrefutables: sólo tres meses de este año –abril, agosto y octubre– mostraron registros inflacionarios por encima de los mismos períodos del 2005 y, consecuentemente, de 11,1% se bajó a un acumulado anual de 8,8%. Enero arrancó con la inevitable carga que generan los períodos vacacionales a través del rubro esparcimiento, que subió 7,2% y disparó al índice general a 1,3%, el registro más alto del año.

          Sin embargo, ya en febrero se “acomodó” este sector, que decreció 1%, al igual que el valor de la indumentaria, que también registró un índice negativo de 2,1%, permitiendo que el segundo mes del año cerrara con un registro más que aceptable: 0,4%. En marzo, los precios de la ropa (6,1%), junto con el comienzo de las clases (9,5%) y un alerta en alimentos y bebidas (1,5%) incidieron en el 1,2 por ciento general, a la postre, el segundo nivel más importante del 2006. Abril no pudo evitar el efecto turístico de Semana Santa (1,5%) y padeció el cimbronazo del aumento en los valores de la indumentaria (5,5%), rubros que resultaron determinantes para cerrar el mes con una suba de 1%.

        Mayo y junio pusieron de manifiesto el efecto de los acuerdos de precios, con 0,5% de inflación en cada uno de estos meses, dos índices gemelos que despejaron el horizonte hacia los meses posteriores. El 0,6% de julio se sustentó en la disparada de los precios de los colegios privados, las expensas comunes y los alquileres, aunque en parte se compensó con la caída del rubro indumentaria. Agosto repitió el 0,6% de julio y, tanto en septiembre como en octubre, el índice de precios al consumidor se clavó en 0,9%, mientras que la última medición del INDEC, correspondiente a noviembre, ascendió a 0,7%, arrastrando el efecto estacional de los aumentos en los precios de las frutas y verduras.

       El cuadro desagregado de los principales aumentos anuales es encabezado por las frutas y verduras, que subieron 31,3 y 20,7%, respectivamente, y luego se ubican los accesorios para vestir y los colegios privados, con aumentos de 20,5%.