Su nombre real es Desmond Napoles, pero en Instagram ha ganado una pequeña legión de admiradores bajo el nombre de Desmond is amazing (“Desmond es asombroso”). 24.000 personas siguen las aventuras de este niño de diez años que su web oficial describe como “artista, drag kid, abanderado de la causa LGTBQI, joven gay y deslenguado, modelo publicitario, orador, fundador de su propia casa drag, diseñador de moda, muso e icono”.

Desmond nació durante la Semana del Orgullo Gay de Nueva York en el año 2007 y esa casualidad pareció alinear los astros para crear al que es probablemente el activista más joven en el mundo ahora mismo. Desde entonces vive en Nueva York con sus padres, su hermana mayor y varios animales.

Desde muy joven a Desmond le gustó jugar con ropa de mujer, hacerse vestidos con las sábanas que encontraba en su casa e improvisar desfiles de modelos subido a los tacones de su madre. Disfrutaba con los videojuegos, los libros y los trenes de juguete, pero también con las Barbies y las cocinas. Desde los seis años, cuando recibió de regalo un traje de Elsa (el persona principal de la película de Disney Frozen), empezó a interesarse por los vestidos de princesas. Y pronto quiso empezar a llevarlos fuera de casa. Sus padres consultaron a un especialista que les recomendó que no coartasen ni animasen las preferencias de su hijo. Les explicó que lo mejor era dejar que estas se desarrollasen de manera natural.

Su primera aparición pública tuvo lugar en el célebre concurso televisivo RuPaul’s Drag Race en 2014. Su historia apareció en diversos medios de todo el mundo y, por supuesto, las críticas a su familia no tardaron en llegar. A continuación, algunos comentarios que aparecieron en una imagen de Desmond publicada en el perfil de Facebook de la publicación NewNowNext, especializada en actualidad LGTBQI: “¿Y este niño que ni siquiera ha llegado a la pubertad ya sabe que es gay?”; “Esta foto es deplorable”; “Sus padres no tienen moralidad”.

La propia madre de Desmond, Wendylou Napoles, respondió en ese mismo medio a las críticas. “¿Qué harían en mi lugar?”, preguntó a los que juzgaban la forma en que ella y su marido educan a Desmond. “¿Debo animarlo a que sea él mismo sabiendo que su camino será duro y cruel en una sociedad como la actual? ¿O debería decirle que mejor no se exprese libremente, a sabiendas de que esto le causará dolor durante toda su vida y puede incluso llevarle a pensar que hay algo malo en lo que siente?”.

Aparentemente, la decisión de Wendylou fue la primera. Esta semana Desmond dejó de desfilar en el salón de su casa para hacerlo en la pasarela de Nueva York. Su aparición en el desfile de Gipsy Sport, una marca neoyorquina de ropa de deporte capitaneada por el diseñador Rio Uribe y que ofrece prendas de género fluido, ha sido de lo más aplaudido de la Semana de la Moda de Nueva York, cuyos desfiles se celebran hasta el miércoles 14 de febrero. La edición estadounidense de la revista de moda Vogue ya se ha referido a él como “un prodigio drag de solo diez años”.

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“No me puedo creer que esto esté ocurriendo”, contó en su perfil oficial de Instagram poco antes del desfile. “Me muero, literalmente me muero. Mi primera vez desfilando en la Semana de la Moda de Nueva York. Gracias por hacer mi sueño realidad”, ha añadido.

Mientras Desmond vive libremente su vida y sus padres responden a las críticas, 270 personas transexuales o de géneros no normativos fueron asesinadas en el mundo durante el año 2017. La forma más habitual de sus agresores para acabar con sus vidas es o un disparo o el apuñalamiento, en algunos casos en sus genitales.

Otras fueron ahogadas, estranguladas o golpeadas hasta la muerte. En el caso de Arabia, dos jóvenes transexuales murieron torturadas por la policía.