“Es el daño nuestro de cada día”.Con esa frase,Marcela Gómez sintetizó el episodio delictivo y vandálico registrado durante el fin de semana en el Centro de Salud Nº136 del barrio Matheu, en Las Heras. Un grupo de delincuentes ingresó al patio trasero del efector de salud y, tras cortar una cadena, se llevó la bomba eléctrica que permite proveer de agua potable al centro asistencial. Además, los asaltantes rompieron varios vidrios y destrozaron el cableado eléctrico de la zona, por lo que durante la mañana de ayer estuvo suspendida la atención a los pacientes.
Todo sucedió en el establecimiento ubicado al lado de un destacamento policial (ver aparte). “Ni siquiera hemos podido limpiar los pisos, que llevan suciedad acumulada de tres días. Es imprescindible el agua para poder atender a los pacientes”, indicó la administrativa, quien sostuvo que recién pasado el mediodía, desde el Ministerio de Salud les enviaron una bomba portátil para poder trabajar provisoriamente. “Llegamos a las 6.30 y nos encontramos con que faltaba la bomba de agua. Ha sido entre el mediodía del sábado, cuando estuvimos en el lugar por última vez, y la madrugada de hoy (por ayer)”, indicó la mujer, quien sostuvo que, entre otros servicios, debió suspenderse el de odontología.
MONEDA CORRIENTE. Sin embargo, pese al dolor y al mal momento, tanto los trabajadores del centro como los doscientos pacientes que reciben a diario mantienen activo el efector. “En lo que va del año han entrado a robar unas cinco veces y se han llevado de todo, desde tensiómetros y termómetros hasta las puertas de reja. Además, a eso hay que sumarle que todas las mañanas, cuando llegamos, encontramos vidrios rotos u otro daño”, sentenció Gómez