ROMA (EFE). El papa Benedicto XVI visitó ayer el comedor de Cáritas de la zona de Colle Oppio, en Roma, en el que cada día se alimentan decenas de pobres. Destacó el servicio que da a los necesitados “sin distinción de raza, religión y cultura”. En su primera salida fuera del Vaticano de este año, Benedicto XVI apreció la labor del comedor de la organización católica, en el que, dijo, “no sólo se quiere dar de comer, sino servir a la persona sin distinción de raza, religión y cultura”.

   El Pontífice regaló un cheque por cien mil euros al comedor de Cáritas, según ha informado su director, Guerino Di Tora, y donó 10.000 mantas y 2.000 abrigos, los que serán ahora distribuidos por los voluntarios de la organización caritativa entre los necesitados que pasan las noches en las calles de la capital.

    El Obispo de Roma descubrió una placa conmemorativa en la que se daba el nombre de Juan Pablo II al comedor de Cáritas y se recordaba la visita que realizó este papa el 20 de diciembre de 1992. Benedicto XVI destacó que el centro, que ha dado de comer a 124.000 personas en el 2006, es “un lugar significativo de Roma y un lugar de humanidad”, y afirmó que allí “se podía tocar con la mano la presencia del Cristo en el hombre que tiene hambre y en quien le ofrece de comer”. El Papa también habló de la belleza y la alegría que se encuentra en el amor de servir al prójimo y explicó que “es una alegría ciertamente muy diferente a aquella ilusoria que se ve en la publicidad”.