Un coronel retirado del ejército uruguayo, procesado por violaciones a los derechos humanos, reveló a la Justicia que restos de prisioneros asesinados durante la última dictadura de Uruguay fueron quemados y las cenizas arrojadas a una cañada, se informó ayer. La confesión sumó un nuevo elemento a la polémica en torno de las investigaciones por hechos ocurridos durante el último gobierno de facto, severamente cuestionadas ayer por el opositor Partido Blanco, que consideró a los nuevos procesamientos como parte de un acuerdo para evitar extradiciones a Argentina.

    En su declaración ante la Justicia, el coronel retirado Gilberto Vázquez, uno de los 6 oficiales del ejército y dos policías procesados por la desaparición en 1976 de prisioneros uruguayos detenidos en un centro clandestino en Buenos Aires, contó el destino de algunos cuerpos. Vázquez fue llevado ante un tribunal para que aclare sus declaraciones a la prensa.