En una ceremonia que contó con la presencia de los embajadores de Canadá y Chile en Argentina, Ives Gagnon y Luis Maira Aguirre, respectivamente, en la Casa de Gobierno de San Juan se presentó ayer a la tarde la aprobación final de la declaración de impacto ambiental del proyecto minero binacional Lama Pascua, a desarrollarse en la cordillera de los Andes, en territorio limítrofe entre Argentina y Chile.

        La ceremonia fue presidida por el gobernador de esa provincia, José Luis Gioja, y en la ocasión se firmaron también dos actas mediante las cuales la empresa Barrick, responsable del proyecto, se compromete a invertir 70 millones de dólares extra para el desarrollo sustentable de la zona de radicación de la futura mina, en este caso, el departamento Iglesia. Al acto asistieron, además, el vice gobernador de la provincia, Marcelo Jorge Lima; el secretario de Minería de la Nación, Jorge Mayoral, y el director de Barrick , José Antonio Urrutia, entre otras autoridades. En la primera parte del acto, Felipe Saavedra, secretario de Minería de San Juan, presentó un informe general sobre el proyecto minero, el que contempla, entre otras, una inversión de 1.500 millones de dólares, la participación de más de 5.500 personas en la etapa de construcción de la mina y 1.600 más en la etapa de explotación del yacimiento de oro y plata que iniciaría sus actividades en el 2010 y se prologaría por espacio de veinte años.

        Según estimaciones, la mina tendrá una producción de metal doré (oro y plata) de 685.000 onzas al año y 24,5 millones de onzas de plata anuales, lo que la convertirá en uno de los yacimientos productores de plata más grandes del mundo. A la empresa se le impusieron varias exigencias, como el aporte de 70 millones de dólares para la integración de un fideicomiso para un plan de desarrollo sustentable de la zona de radicación del proyecto, destinado a atender cuestiones de salud, agricultura, obras de infraestructura, hidráulicas y actividades productivas en general.

        Esos recursos también se aplicarán a tareas de investigación y monitoreo de toda forma de vida salvaje, para protegerla y conservarla en el área de reserva de la biosfera de San Guillermo. Previo al comienzo de las obras de construcción de la mina, la empresa deberá obtener más de cien permisos de tipo sectorial ante organismos como Hidráulica, Subsecretaría de Medio Ambiente, Recursos Energéticos, Salud Pública y municipalidades. A Barrick se le exigirá un plan de monitoreo –participativo con la comunidad– de los componentes ambientales y que se conozcan los cuidados que se están haciendo en la zona del agua, la flora y la fauna.

     Como futura usuaria de la línea eléctrica de 500kv, la empresa deberá hacer un aporte de 47,5 millones de dólares para el montaje de este sistema en los tramos San Juan-Rodeo, Mendoza- San Juan y Comahue-Mendoza. Saavedra cerró su exposición señalando que la empresa Barrick estaba en condiciones de comenzar con la construcción de la mina cuando lo estime conveniente. Luego de la presentación del informe, se procedió a la firma de las dos actas compromiso.