BUENOS AIRES (DYN). Los gobiernos de Argentina y Uruguay intercambiaron ayer duros gestos y declaraciones en torno al conflicto que ambos países mantienen por la instalación de las papeleras, lo que derivó en la interrupción del diálogo respecto a esa controversia. A dos días de la XVI Cumbre Iberoamericana que se realizará en Montevideo, con la presencia del presidente Kirchner y de su colega uruguayo, Tabaré Vázquez, como anfitrión, los gobiernos profundizaron sus diferencias y alejaron cualquier posibilidad de reunión entre los jefes de Estado.
Tabaré Vázquez fue tajante sobre la controversia y puso énfasis en los cortes que la Asamblea de Gualeguaychú iniciará mañana, cuando comience la Cumbre: “Yo lo dije desde el principio: ‘Con puentes cortados, no hay diálogo’”, sentenció. Vázquez contradijo las declaraciones de los últimos días del vicepresidente uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, y del canciller de ese país, Reynaldo Gargano, acerca de que una reunión entre los dos presidentes era necesaria para superar el conflicto, el que se profundizó a partir de la acción de los asambleístas, quienes advirtieron sobre hechos de violencia si los mandatarios no llegaban a una solución.
Del lado argentino, en lo que pareció ser una respuesta a la posición de Montevideo, la Cancillería convocó al embajador de Uruguay en el país, Francisco Bustillo, a quien le entregó una carta de protesta. El vicecanciller, Roberto García Moritán, entregó a Bustillo una carta en la que el canciller Jorge Taiana lamenta que Uruguay ignore el estatuto del Río Uruguay, al permitir, en setiembre, “que Botnia aumente el caudal de agua” para la producción de pasta. “Mi Gobierno lamenta esta nueva acción unilateral de Uruguay, consumada sin que la CARU haya tenido siquiera la oportunidad de pronunciarse previamente”, dice el segundo párrafo de la nota firmada por Taiana.