El presidente Néstor Kirchner acentuó ayer sus diferencias con la Iglesia católica, derivadas de las críticas de algunos de sus miembros por el respaldo a la reforma constitucional en Misiones, al advertir que “el diablo les llega a todos, a los que llevamos pantalones y a los que llevan sotana”.“ Hay un Dios, y el Dios es de todos, no es de alguien en particular.
Dios, el Señor, es de todos, pero cuidado, el diablo también llega a todos, a los que usamos pantalones y a los que usan sotana, porque el diablo penetra por todos lados: esto tengámoslo claro también”, alertó el jefe de Estado ayer, durante un acto en el partido bonaerense de Tres de Febrero.
Kirchner, quien mantiene una fuerte polémica con la Iglesia a raíz de la reelección del gobernador misionero Carlos Rovira, sostuvo que “estas cosas maniqueístas se tienen que terminar”, y aseguró: “No me voy a callar la boca; voy a seguir diciendo lo que pienso, no me van a hacer retroceder”.
El primer mandatario salió a responderle al presbítero Guillermo Marcó, vocero del arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge Bergoglio, que esta semana calificó a Kirchner como “el presidente de la discordia” . “¿Por qué soy un presidente de la discordia? ¿Porque peleo por la justicia, la equidad, porque no haya impunidad, por los pobres, por el trabajo y por la Patria? ¿Esto es ser un presidente de la discordia? Entonces, soy un presidente de la discordia, yo no vine a renunciar a mis convicciones”, aseguró Kirchner.