La réplica no estuvo a cargo de un funcionario del Gobierno, sino de uno de los diputados que devino en ferviente kirchnerista y se convirtió en uno de los voceros de la Casa Rosada frente a este tipo de cruces con el arco opositor. Fue el jefe del bloque de diputados del Peronismo Federal, José María Díaz Bancalari, que recurrió a la ironía para descalificar las denuncias del ex ministro de Economía Roberto Lavagna y del diputado del Pro Mauricio Macri sobre las pinchaduras de teléfonos, a las que luego se sumaron otros dirigentes de la oposición.

        “¿Quieren venir a descubrir la pólvora?”, se preguntó con ironía el diputado, en un intento por bajarle el tono a las acusaciones lanzadas contra el Gobierno sobre supuestas escuchas telefónicas y persecuciones.“Puede hablar tranquilamente. ¿Quién va a querer escuchar a Macri?”, se preguntó el legislador.“Macri es diputado de la Nación, puede hablar en la Cámara. Hasta ahora no lo hemos escuchado, pero puede hablar tranquilamente”, completó, con evidente sarcasmo, el ex duhaldista.

       El primero en denunciar que sus teléfonos estaban pinchados fue Roberto Lavagna, que deslizó la información durante su participación en el programa de Mirtha Legrand anteayer. Enseguida se le sumó Macri. Díaz Bancalari incluyó en sus cuestionamientos a la diputada del ARI, Elisa Carrió, y al titular de Recrear, Ricardo López Murphy.“Yo no creo que nadie quiera pincharle nada a Lavagna ni a Lilita ni a todos los que han salido a decir (algo sobre las escuchas telefónicas) ni a López Murphy ni a Macri”, opinó.

      En este contexto, fue especialmente duro con el ex ministro de la Alianza.“Si López Murphy tiene ideas tan extraordinarias, ¿por qué no las puso en práctica cuando fue un breve ministro de Economía, padre del cacerolazo?”, disparó. “Cuando anunció lo que pensaba, salió la gente a la calle y casi lo mata”, concluyó, en referencia indirecta a las polémicas medidas de recorte presupuestario anunciadas por López Murphy en su breve paso por el Ministerio de Economía, a principios del 2001.