El Gobierno porteño denunció ayer que la firma responsable de la marca de ropa Kosiuko vendió prendas fabricadas en talleres textiles ilegales, en violación de las leyes laborales y con la probable comisión de un delito penal por obstrucción de la investigación del caso. El subsecretario de Trabajo de la Ciudad, Alejandro Pereyra, encargado de tramitar la denuncia, dijo a Télam que el ilícito laboral –que resulta de las condiciones en las que trabajaban los empleados– para su dependencia “está comprobado” y que ya fue denunciado al Ministerio de Trabajo para que intervenga.

    Pero Pereyra agregó que la firma en cuestión, Kowsef SA, podría haber incurrido también en un delito penal por entregar una lista falsa de talleres en los que dijo que producía la ropa, cuando el Ministerio de Producción le pidió datos al inicio de una investigación en el marco de la lucha contra el trabajo esclavo. “Respecto del probable delito penal, cuando termine de estudiar el caso decidiré, hoy o mañana (por ayer u hoy), si hago la denuncia personalmente ante un tribunal correccional o si giro el trámite a la Procuración de la Ciudad, que posee la representación legal de la Ciudad para que lo haga ella”, señaló Pereyra.

    Las presuntas irregularidades cometidas por Kowsef SA fueron reveladas en horas de la mañana por el ministro de Producción porteño, Enrique Rodríguez. “Se hizo una profunda investigación. Por un lado, teníamos los talleres y, por otro lado, queríamos saber adónde iba a parar parte de la mercadería”, contó Rodríguez. “Hubo denuncias de una cooperativa y de personas que trabajaban en la industria textil que algunas firmas se beneficiaban con esos talleres”, agregó el funcionario, quien confirmó que Kowsef SA era la compañía denunciada. El ministro explicó que la cartera a su cargo pidió a la firma informar qué talleres eran sus proveedores, e indicó que de las direcciones que entregó Kosiuko la mitad no existía y el resto incurría en irregularidades.