Tras permanecer más de dos días internado con muerte cerebral, falleció ayer, cerca de las 10.30, en el Hospital Lagomaggiore, Jonathan Oros (19), el joven baleado en un confuso episodio en la Comisaría 33 del Barrio San Martín. Su padre, Raúl José Oros, en tanto, desmintió las versiones difundidas por la policía sobre las circunstancias del episodio en el que su hijo fue herido de tres impactos de bala, y denunció haber recibido amenazas por parte de policías.
“Anoche (por el lunes) me interceptaron unos policías, quienes, mientras me apuntaban, me dijeron que me iban a matar”, explicó. Por otra parte, sobre la versión de la policía, acotó: “Es todo un circo que han armado los policías para defenderse a sí mismos. Ni siquiera un suicida entraría de la nada disparando y gritando ‘los mato a todos’, como dicen que ha hecho mi hijo”, explicó el hombre, quien agregó que llegará hasta las últimas consecuencias para que se haga pública la verdad.
DUDAS Y MÁS DUDAS. Dolido y con los ojos llenos de lágrimas tras comunicár- sele el deceso de su hijo, el padre de Jonathan relató una versión totalmente diferente a la de los efectivos. “Mi hijo estaba sentado en una parada de colectivos, enfrente de la comisaría junto a un grupo de amigos. Estaba esperando a un micro y había estado tomando algo, estaba alcoholizado y drogado en ese momento. Justo bajó un policía de un micro o un trole que llegaba y hubo un intercambio de palabras con mi hijo. A Jonathan lo provocaron y cuando él atinó con irse a las manos, el policía le pegó un tiro en el tobillo y lo llevó de los pelos a la comisaría.Mi hijo en ningún momentos disparó a los policías, no estaba armado.
Después, en el interior, se sienten dos disparos más y luego los policías lo sacaron a la calle y ahí alguien llamó a una ambulancia, pero los uniformados lo dejaron ahí tirado”, explicó Raúl Oros, quien agregó que eso es lo que han contado los amigos de su hijo y otros testigos que se encontraban cerca de la escena. Por otra parte, admitió que su hijo tenía problemas de conducta y antecedentes. “Mi hijo no era un santo. Estaba enfermo con la droga y había cometido varios delitos. Pero no tenían por qué asesinarlo como lo asesinaron y encima inventar ese circo”, sentenció.