Al menos 143 personas han muerto y otras 225 han resultado heridas en una serie de atentados en cadena cometidos ayer en el barrio chií de Ciudad Sadr de Bagdad, horas después de que las fuerzas estadounidenses practicaran diversas redadas en esta zona, un feudo de las milicias chiíes radicales. Los ataques, perpetrados con cuatro coches-bomba y proyectiles de mortero, ocurrieron al filo de las 17, hora local, en un intervalo de tiempo de diez minutos, indicaron fuentes policiales y del Ministerio iraquí de Interior.

       Asimismo, fuentes policiales dijeron a Efe que fue detenido un conductor que pretendía estrellar contra una comisaría su vehículo, en donde se encontraron más de cien kilos de explosivos. La cadena de atentados causó incendios en varias tiendas y coches, según afirmaron testigos, los que dijeron que varias ambulancias y camiones de bomberos se dirigieron a la zona, que fue cercada por numerosos policías y soldados. Una fuente médica del Hospital del Imam Ali, ubicado en Ciudad Sadr, calificó lo sucedido en ese barrio como una masacre.

       Poco después de esos atentados, alrededor de diez proyectiles de mortero impactaron en las áreas bagdadíes de mayoría suní de Al Azamiya, Al Adel, Al Ghazaliya y Al Jadra y hasta ahora han causado un muerto y nueve heridos. Por su parte, el Ministerio del Interior reaccionó decretando el toque de queda por tiempo indefinido en Bagdad a partir de las 20, hora local, para evitar cualquier acción de venganza por parte de los chiíes, informó ayer en la noche la televisión oficial iraquí Al Iraquiya.

        Entretanto, el portavoz de la milicia chií Ejercito del Mahdi, jeque Abdul Hadi al Darrayi, dijo en declaraciones a la televisión qatarí Al Yazira, que la ocupación (militar estadounidense), los takfiriyun (extremistas islámicos suníes) y los seguidores del ex presidente iraquí Sadam Husein eran responsables de esos ataques. “Estos atentados se dan en el marco de los crímenes que perpetra la ocupación, los takfiriyun y los seguidores de Sadam. La agenda de EEUU para Irak tiene como objetivo a todos los iraquíes. Los ataques no tienen como blanco a dirigentes políticos, sino a inocentes”, recalcó Darrayi.

         Por su parte, el Frente del Consenso Nacional Iraquí (FCNI), la principal coalición política árabe suní del país, manifestó su rotunda condena a esos atentados. “Esos actos de violencia forman parte de conspiraciones que tienen como objetivo dañar el tejido social e incitar la discordia sectaria para llevar al país a una guerra”, subrayó el líder del FCNI, Adnan Deleimi, quien instó a chiíes y suníes a contenerse y no dejarse arrastrar por esas tendencias.

      La oleada de atentados ocurrió pocas horas después de que al menos cuatro personas muriesen por disparos de soldados estadounidenses, cuando viajaban en un vehículo en una de las avenidas de Ciudad Sadr. Las fuentes afirmaron que se desconocen los motivos de los disparos originados por las tropas estadounidenses, que además causaron heridas a otros ocho iraquíes.

      Cuidad Sadr es uno de los bastiones del Ejército de Al Mahdi, liderado por el clérigo chií Muqtada Al Sadr. Este barrio es escenario de frecuentes operaciones efectuadas por las tropas estadounidenses e iraquíes para buscar a los responsables del secuestro de un soldado estadounidense.