Los proyectos para expandir el uso del gas que Brasil importa de Bolivia están paralizados ante la incertidumbre sobre el precio que tendrá el combustible en el futuro, dijeron fuentes de la Transportadora Brasileña del Gasoducto Brasil-Bolivia (TBG) citados ayer por el diario Gazeta Mercantil. “Los proyectos de expansión están paralizados”, afirmó Ricardo Salomao, director superintendente de la TBG, empresa responsable de la operación del gasoducto en Brasil. En sus declaraciones al diario económico, Salomao admitió que las industrias interesadas en adquirir el gas boliviano aguardan los resultados de las negociaciones entre los dos países sobre el precio del gas.

VUELTA AL DIÁLOGO. Tales negociaciones, iniciadas en mayo tras la decisión del gobierno boliviano de nacionalizar los hidrocarburos, estaban paralizadas, pero fueron retomadas el jueves, durante la visita que el vicepresidente boliviano,Alvaro García Linera, hizo a Brasil, en la que se entrevistó con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. Brasil importa actualmente cerca de 24 millones de metros cúbicos de gas natural boliviano, un poco más de la mitad de su consumo. Por esto, ambos países tienen interés de llegar a un acuerdo que responda a las necesidades de los dos estados.

QUIEREN AUMENTO. El acuerdo entre ambos países prevé que el volumen transportado llegue hasta 30 millones de metros cúbicos, de acuerdo con el aumento de la demanda en Brasil. Sin embargo, Bolivia exige un aumento considerable en el precio del gas enviado a Brasil, que actualmente es de 3,40 dólares por millón de BTU (unidad térmica británica). Según Salomao, la incertidumbre sobre el precio y sobre el mismo contrato de importación ha ahuyentado a los posibles interesados en el gas boliviano. “La demanda es cada vez mayor, pero no existe garantía de suministro”, afirmó Ricardo Salomao. El ejecutivo dijo que, ante la paralización de los negocios, las ganancias del operador del gasoducto este año serán iguales a las del año pasado.