BRASIL (EFE). El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, reelegido el domingo para un segundo mandato de cuatro años, se ocupará personalmente de la formación de su nuevo gobierno, informaron ayer fuentes oficiales. “A diferencia de lo que ocurrió en el primer mandato, que buena parte de las negociaciones estuvieron en manos del Partido de los Trabajadores (PT), ahora el presidente se ocupará personalmente” de los contactos con otros partidos para formar su nuevo gobierno, dijo el ministro de Relaciones Institucionales,Tarso Genro.
El ministro, una suerte de portavoz político de Lula, aseguró en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros que el mandatario “no delegará nada” en lo relativo al próximo gabinete, que pretende incluir a representantes del mayor número de partidos posible. “La formación de la coalición de gobierno irá hasta fin de año”, indicó Genro, quien precisó que Lula llevará el proceso con calma, ya que tiene tiempo hasta el 1 de enero, cuando comenzará su segundo mandato.
Aunque el ministro no lo confirmó, sus declaraciones y las de otras personas cercanas a Lula reafirman en ese sentido que la presencia del PT en el nuevo gabinete se reducirá significativamente. El PT, fundado por Lula en 1980, fue el centro de todos los asuntos de corrupción ventilados durante el último año y medio y acabó siendo un dolor de cabeza, como lo definió el propio presidente hace dos semanas. En opinión de Genro, el PT deberá ser refundado, renovado y recuperar la condición de referencia ética que fue hasta que Lula llegó al poder.
Según el ministro, esa renovación debe incluir un proceso de nacionalización de un partido que, hasta ahora, ha tenido a la enorme mayoría de sus dirigentes concentrados en el estado de Sao Paulo, donde estallaron los mayores escándalos. “Hay que reformar una cultura política (en el PT), que se ha distorsionado por la concentración en un aparato de dirección ajeno a la mayoría de los estados del país”, opinó. Pese a sus críticas, Genro sostuvo que el PT “se va recuperar”.