Con más de la mitad de votos escrutados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Ecuador, el izquierdista Rafael Correa se consolidaba ayer como vencedor en las elecciones presidenciales del domingo frente al millonario Alvaro Noboa. Según el portal de internet del TSE, con 19.163 (52,34 por ciento) de las 36.613 mesas del país contabilizadas, Correa obtiene 2.178.662 votos, que representan 67,03 por ciento del total parcial, mientras que Noboa consigue 1.071.435 votos, es decir, 32,97 por ciento.
ASEGURADO.
Correa señaló ayer que su “victoria es contundente e innegable” y recalcó que en su Gobierno, que de confirmarse oficialmente su autoproclamado triunfo deberá comenzar el 15 de enero del 2007, dará prioridad a la educación, la salud y la vivienda. Los detractores de Correa repitieron durante la campaña electoral que, en caso de que éste venciese, el país caería en una gran inestabilidad, pues no tiene respaldo en el Parlamento, una institución a la que el líder izquierdista considera mediocre.
En una rueda de prensa en la ciudad costera de Guayaquil, Correa dijo que “el próximo año se viene la estabilidad” y el cambio en beneficio de todo el país, pues insistió en que él y Lenin Moreno, su vicepresidente, son sólo instrumentos del pueblo. Recalcó que mantendrá la dolarización, vigente desde el año 2000, que no suscribirá el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y que renegociará la deuda externa. Asimismo, recordó que en su plan de Gobierno consta la creación de la Subsecretaría del Emigrante, con rango de ministerio, para apoyar a la legalización de los ecuatorianos en el extranjero y para canalizar las remesas hacia la inversión y no sólo al consumo.
El virtual gobernante insistió en la necesidad de convocar a una consulta popular para que el pueblo se pronuncie sobre su propuesta de convocar una Asamblea Constituyente, que “decidirá qué va a pasar con el Congreso, la Corte (Suprema de Justicia) y el presidente (de la República)”.