Su médico Umberto Scapagnini, uno de los primeros en socorrer a Berlusconi, dijo a los periodistas que “se ha tratado de una lipotimia muy breve, una pérdida del conocimiento que ha durado unos segundos, debido a un fuerte cansancio, junto al gran calor”. “Se ha tratado de un malestar pasajero, tanto que ni siquiera ha hecho falta hacerle un electrocardiograma”, indicó el médico, quien es, además, alcalde de Catania.

       El ex primer ministro pronunciaba un discurso en el congreso Círculo de los jóvenes, cuando hizo gestos de sentirse mal, lo que provocó la inmediata subida al palco de Scapagnini y de los guardaespaldas para evitar que cayera al suelo. En un momento de su intervención, Berlusconi comenzó a expresarse con fatiga y dijo:“Ahora, perdonen la emoción”, tras lo que empezó a desplomarse, mientras se agarraba con fuerza al atril.