Después de varios meses sin lluvia, los más de 20 milímetros de agua que cayeron el martes en la región del Valle de Uco trajo un poco de calma a los productores agrícolas, mientras que desde el sector ganadero aguardan un par de tormentas más para recuperar los pastizales, actualmente secos, que alimentan a sus animales. AGUA. “La última lluvia se había registrado en julio, con apenas 5 milímetros y medio de agua”, explicó Horacio Peinado, responsable de la Dirección de Contingencias Climáticas del Valle de Uco. El grado de sequía que padece la zona centro oeste es tal, que en agosto se estuvo por debajo de la media histórica de precipitaciones correspondiente a dicho mes y, en lo que va de setiembre, la situación es la misma.

PREOCUPADOS. “Fue un alivio que lloviera, ya que con el agua caída baja un poco el riesgo agrícola por las heladas, más aún porque estamos en plena floración”, detalló el presidente de la Sociedad Rural del Valle de Uco, Mario Leiva. En cuanto a la actividad ganadera, que está conformada por unas 48.000 cabezas de ganado, “el riesgo sigue siendo alto por la sequía y haría falta un par de milímetros más de lluvia para que crezcan los pastizales y se puedan alimentar los animales” detalló el camarista.

   En ese mismo sentido se expresó el vicepresidente primero de la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de Tunuyán,Narciso Isa, quien destacó que “la peor parte la lleva la ganadería, que necesita agua para recuperar los pastizales porque la agrícola, dentro de todo, siempre tiene alguna forma de riego alternativa”.

ETAPA CRÍTICA. Actualmente, se produce la floración de las frutas de carozo, durazno, ciruela y cerezas, por lo que una temperatura inferior al grado y medio bajo cero podría hacer estragos en las plantas. “Estamos en una etapa del año crítica, por lo que la lluvia nos ayuda a mitigar el riesgo”, dijeron.