Con amor propio y el empuje de su gente, que colmó el Nuevo Gasómetro, San Lorenzo le dio vuelta un partido muy complejo a Banfield y con el 2 a 1 alcanzó la punta del Clausura. Gastón Fernández convirtió los dos tantos del Santo –el primero de penal–, que jugó casi 70 minutos con un hombre menos por una infantil reacción de Diego Rivero.
Silvio González había adelantado a la visita, pero el equipo de Boedo pudo revertir el resultado. Las claves del triunfo de San Lorenzo, único invicto del certamen, fueron la actitud colectiva, el buen desempeño de Cristian Ledesma y el oportunismo de sus atacantes. El Ciclón defendió con uñas y dientes la ventaja y Banfield, como pudo, fue a buscar el empate, poniendo en serios apuros al Santo de Ramón, que, ya sin resto físico, se dedicó exclusivamente a sostener el resultado.
Fiel a su historia, San Lorenzo debió sufrir hasta el pitazo final, pero ganó y un estadio repleto se desahogó a más no poder por esas tres unidades y la punta en soledad.