El Ejército de Israel entró ayer a la noche, por primera vez desde que empezó la llamada Operación Lluvia de verano, en zonas habitadas del norte de la franja de Gaza, y entre las víctimas de ayer hay varios civiles. “Habíamos llevado a las mujeres y a los niños a una habitación trasera, y nosotros estábamos limpiando unos cristales rotos por las detonaciones, cuando de pronto entraron miles de proyectiles y mi sobrino cayó”, contaba a la entrada del hospital de Shejzaid, Abdil Hadi, el tío de una de las víctimas que aún llevaba la camisa manchada con sangre y tierra.
Otra víctima, un niño de 13 años está “clínicamente muerto, después de que una bala le atravesara el cerebro. Llegó al hospital con otro niño que fue dado de alta; ambos estaban cerca de los descampados donde se enfrentan el Ejército israelí y las milicias", explicó el director del hospital de Al Awda, Fawli Hassnein.