El abuelo de la adolescente que fue asesinada por su padre de un disparo en la cabeza –en un hecho ocurrido el domingo a la siesta y que conmocionó a la comunidad del departamento de Rivadavia– aseguró que el gran responsable de la tragedia es el juez Dalton Martínez, quien dejó en libertad al matador a pesar de estar acusado de abusar sexualmente de la menor.

      “El culpable directo de esta situación, para mí, es el juez Dalton Martínez, porque él entendió en primera instancia en la causa y lo liberó –a Antonio Pacheco– a los cinco meses, a pesar de tener pruebas psicológicas y psiquiátricas que demostraban que no estaba en condiciones de estar libre”, afirmó con total indignación Eugenio Burán, abuelo materno de Soledad Pacheco, la joven de 16 años brutalmente asesinada en el interior de una heladería del centro rivadaviense.

        El hombre, además, señaló estar muy dolido porque si el homicida hubiera estado tras las rejas, esta tragedia no se habría perpetrado. “Siento impotencia por no poder hacer nada, estoy destruido por esta situación y por la situación que va a venir con los otros menores (por los cuatro hermanos de Soledad), quienes tienen que afrontar este hecho que podría haber sido evitado, sin ninguna duda, por el juez, porque lo que él tendría que haber hecho no lo hizo, haberlo tratado a él del problema mental que tenía. Si no lo quería detener, por lo menos lo hubiera hecho tratar”, comentó Burán en declaraciones radiales a Elevediez.

CAOS FAMILIAR.

       El abuelo de la chica fallecida agregó que Antonio Pacheco –quien se pegó un tiro en la cabeza tras matar a su hija– les regalaba cosas a sus hijos para que llevaran a la joven hasta el lugar donde él estaba, al afirmar que “últimamente, presionaba a los hermanos para que le llevaran a la piba porque él a toda costa quería estar con ella. Les regalaba cosas para que hicieran que la piba fuera donde estaba él. Como la piba no quería ir, los chicos se violentaban”. Estas declaraciones se produjeron ayer a la mañana en el marco del velorio y posterior entierro de la joven, en los cuales se vivieron escenas de mucho dolor e indignación entre los familiares y allegados a la víctima.

      En ese contexto, también trascendió que en los últimos tiempos el agresor había estado amenazando a su hija, de quien abusaba sexualmente desde que la menor tenía 8 años, diciéndole de forma intimidante que “todo esto va a terminar mal”. Sobre este punto, el abuelo de Soledad argumentó que “él (por Antonio Pacheco) había comentado que la iba a matar y hace quince días mi hija denunció esta situación en el juzgado y nadie se hizo cargo de este problema”. Con respecto al estado de salud de Antonio Pacheco, informaron que sigue en una de las salas de terapia intensiva del Hospital Central.