Estados Unidos y Japón cerraron ayer filas ante la crisis desatada por Corea del Norte y su prueba de misiles y reclamaron una condena internacional a esta acción que, según Tokio y Washington, pone en jaque la seguridad en Asia.

       El enviado especial de Washington para la península coreana y secretario de Estado adjunto, Christopher Hill, se reunió con las autoridades japonesas en la tercera etapa de una gira que aún lo llevará a Moscú, tras haber visitado Seúl y Beijing. Hill intenta aunar las posturas de estos países en la condena al lanzamiento de siete misiles –uno de ellos, de largo alcance– sobre el Mar del Japón, que realizó el miércoles el régimen norcoreano, lo que hizo saltar todas las alarmas en el este de Asia y en Estados Unidos.

      “Queremos dejar muy claro que todos hablamos con una sola voz acerca de esta acción provocadora de Corea del Norte al lanzar esos misiles de todos los tipos y tamaños”, afirmó Hill tras reunirse con el ministro de Exteriores nipón, Taro Aso. Según Hill, “es muy importante que todos los países se esfuercen para enviar un mensaje claro y unánime a los norcoreanos, en el que se destaque que este tipo de comportamiento es inaceptable” y afecta a la seguridad regional.

       A las protestas por ese lanzamiento de misiles, que violó la moratoria suscrita por la propia Corea del Norte en 1999, el régimen norcoreano respondió con la promesa de realizar nuevas pruebas y amenazó con usar la fuerza contra quienes trataran de impedir su “derecho soberano” a desarrollar cohetes balísticos. Se refería a Japón, que presentó ante el Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución en el que demandaba sanciones económicas contra Corea del Norte, y a EEUU, que lo respaldó. Está previsto que el Consejo de Seguridad examine esta propuesta de resolución, aunque parece difícil que China y Rusia den su apoyo a esa condena y, menos aún, a las eventuales sanciones.

      El borrador de la resolución condena el lanzamiento de misiles y prohíbe la transferencia a Pyongyang de recursos financieros, materiales y tecnología que puedan ser usados para la fabricación de cohetes y armas de destrucción masiva. En referencia al papel de China en esta crisis, Hill destacó el hecho de que Corea del Norte haya ignorado las recomendaciones de Beijing, su aliado tradicional, en relación con el lanzamiento de los misiles.

      “Creo que hay algo muy importante que todo el mundo debería recordar y es que China le dijo a Corea del Norte, de una manera muy explícita y muy clara, ‘no lo hagas’, y, pese a todo, siguieron adelante y lo hicieron. Ese es un hecho y estoy seguro de que los chinos han pensado mucho al respecto”, afirmó Hill. Hill reiteró la demanda de su Gobierno para que Corea del Norte retorne a las conversaciones multilaterales con Corea del Sur, EEUU, Japón, Rusia y China sobre su programa de armas nucleares y acate la declaración conjunta firmada en Beijing hace unos meses.