Roberto Picco fue destituido como secretario general de la CGT Mendoza en una asamblea del Consejo Directivo que se llevó a cabo ayer. Treinta y cinco secretarios generales votaron por unanimidad la salida de Picco por “inconducta gremial”. En su lugar, asumió Luis Márquez, quien se desempeñaba como adjunto de la central de trabajadores. Al actual secretario general de la UOM lo secundará Rodolfo Calcagni, del Sipemon. Las nuevas autoridades se comprometieron a iniciar negociaciones para unificar el movimiento obrero mendocino, por lo que comenzarán las conversaciones con la otra CGT que funciona en la provincia. Asimismo, Márquez afirmó que pedirán de inmediato una audiencia con el gobernador Celso Jaque con quien plantean tener una relación de “crítica constructiva”.
    Pese al ensordecedor ruido de los bombos que batían los militantes, los oradores que se sucedieron admitieron que le habían solicitado a Picco en varias oportunidades que convocara a plenario de secretarios generales y que este requerimiento había sido negado sistemáticamente. “Con esta mesa queremos decir que esto no es un golpe de estado, sino una sesión de la CGT”, expresó el mercantil Guillermo Pereyra. Todos coincidieron en afirmar que el plenario convocado tenía validez absoluta, que todo lo allí actuado era legal. La escribana Susana Durán, sentada a un costado de la mesa principal, transformaba en un acta las decisiones que se iban tomando.
    La presencia de gremios poderosos como el de los camioneros, luz y fuerza, UOM, UOCRA, bancarios y municipales, entre otros, confirmó la unión de fuerzas para concretar la salida de Picco, quien fue cuestionado. “Nos cansamos de que este personaje haya usado a la CGT en beneficio propio”, afirmó Calcagni. La nueva conducción se propuso, además, defender a los miles de trabajadores que están en vilo por las barreras arancelarias impuestas por Brasil a productos locales.V.L.