El ministro del Interior, Aníbal Fernández, rechazó ayer que exista un clima de conflictividad creciente, aunque consideró que existen sectores sociales no beneficiados con el actual modelo económico que buscarían perjudicar al Gobierno. El funcionario se rehusó así a enmarcar los diferentes conflictos provinciales como parte de un mismo fenómeno social. En cambio, Fernández advirtió que sectores que no se encuentran beneficiados por el modelo económico actual pueden intentar maltratar o poner en situaciones incómodas al Gobierno, tal como lo viene advirtiendo el presidente Néstor Kirchner.

    Ante ese panorama,“nosotros nos tenemos que poner en el centro del ring, aceptar las reglas de juego y dar la pelea”, afirmó el ministro. “El derecho a la protesta está intacto, lo que no puede ser es que aparezcan gestos de violencia”, sostuvo el funcionario a radio América. Fernández hizo esas declaraciones al ser consultado sobre si se podía pronosticar un incremento de la conflictividad social, a la luz de la serie de protestas que se registran en el país, como las que convulsionaron a la provincia de Santa Cruz o los incidentes en la terminal de trenes de Constitución.

    Ante la pregunta, Fernández respondió que no prevé una escalada en los conflictos ni un aumento de violencia. “Las protestas pueden ser por lo que sean. Yo, cuando empecé a trabajar, asumí que uno tiene todo el derecho a quejarse, como lo indica la Constitución, y a mí ese derecho no me lo merma nadie ni yo se lo quiero cercenar a nadie”. “Ese derecho está intacto. Lo que no puede ser es que aparezcan gestos de violencia, hechos de esas características”, como los que ocurrieron en Constitución, donde, sostuvo, hubo activistas infiltrados entre los pasajeros indignados por las demoras en los servicios de la ex línea Roca.

    Fernández, consultado sobre si el Gobierno logró identificar a los sectores que promoverían la violencia, expresó que la información no surge de “trabajo de inteligencia, sino por ser buenos lectores de la realidad”. De esa forma, según explicó, se detectó a quienes se encontraban beneficiados por el “viejo orden” y ahora son enemigos del “nuevo orden”. “En una Argentina como esta, que empieza a trabajar fuertemente para que reine la Justicia, los que la cuestionan tienen que pagar por ello. No dejamos cosas sueltas y algunos beneficiados con negocios poco claros no tienen acceso a las oportunidades que brinda el país”, explicó.