El partido del domingo entre Godoy Cruz y River Plate por la 17ª fecha del torneo Apertura arrojó ayer, según la información de la agencia de noticias Télam, la máxima venta de entradas de esta antepenúltima jornada del fútbol argentino. Estos números, 23.532 generales y 3.298 plateas, son las cifras del público que no es socio o abonado al club Godoy Cruz. Es decir, simples hinchas de fútbol, quienes no pagan una cuota o un abono para ir a la cancha. Según estas cifras (alrededor de 27.000 entradas), Godoy Cruz tendría cerca de 13.000 socios, porque en el Malvinas el domingo había cerca de 40.000 personas.

      Aunque es probable que la realidad no sea así. Pero el punto, en este momento, no es ese. Por un lado, es muy bueno que Godoy Cruz se meta como uno de los equipos de mayor convocatoria del país, como así también los hinchas mendocinos de River lo hicieron apoyando en gran número. No hubo violencia ni tampoco cruce de hinchadas y el gran operativo policial fue un éxito. Muchos vivieron una fiesta deportiva.

      Y eso, desde aquí, es para elogiar. Pero un espectáculo de gran nivel, también debemos decirlo, tuvo serias falencias en la organización, sobre todo en la venta de entradas de la platea cubierta. Este ejemplo lo podemos mencionar porque fuimos testigos de un gran abuso en este sector. El precio de la platea techada, para una persona que no es socia de Godoy Cruz, tenía un valor en la venta anticipada de 60 pesos. Además, también estaba la oferta de un palco inferior más una oblea de estacionamiento al precio de 100 pesos. El descontrol en la platea techada y, sobre todo, el palco preferencial y en el sector de prensa fue total. Había muchísimas personas en el lugar de periodistas que no tenían nada que ver, que vieron el partido hasta fumando habanos.

      Y varios periodistas no podían ver bien porque delante de ellos había gente de pie en el palco preferencial. Una señora, antes del partido, encaró al propio presidente de Godoy Cruz, Mario Contreras, pidiéndole explicaciones porque ella había pagado su entrada y no tenía el correspondiente lugar. La señora dijo sentirse estafada, porque había abonado junto a su familia los tíckets más caros del estadio y no podía ver el partido como correspondía, a pesar de que las butacas son numeradas. Dirigentes de River y allegados al plantel –como los jugadores de reserva– también estaban de pie en las bocas de entrada o de salida del Malvinas.

      O mucha gente sentada sobre las escaleras de cemento. El control debe hacerse por el bien de todos y esta crítica es, simplemente, para mejorar. Godoy Cruz, con un gran esfuerzo de todo el club, llegó a Primera. Eso siempre lo hemos dicho. Y, gracias a eso, muchos disfrutan de un hermoso espectáculo. Pero sería una pena que varios dejen de ir a la cancha por este tipo de situaciones que, desde aquí, no debemos dejar de mencionar