Ver llorar de alegría conmueve y a la vez moviliza. Pocos dejan caer lágrimas porque les emociona profundamente nombrar a su esposa, mientras la recuerda, quizás, saltando alguna acequia. Es que son 59 años de entrega, de compañía, de abrazos compartidos, de ver sonrisas en sus hijos y nietos. De alguna tristeza, seguramente. Esta historia es la de Jorge Benegas, ese mendocino que nació como defensor en Independiente Rivadavia, quien se encariñó con los colores de San Lorenzo y llegó a integrar la selección argentina.
Es el breve relato de un sabio, enamorado de María Rosa Degarbo, con quien tuvo tres hijos: María Cristina, Jorge Oscar y Carlos Damián. “Cuando era joven, aprendí el oficio de tornero. Entré en una metalúrgica muy grande, en San Martín, y de esa profesión me enamoré. Siempre estuve muy agradecido de Roque Ghellinaza, un amigo de mi padre que me enseñó ese oficio. Fui para él como un hijo. Además, muchos años trabajé de mozo donde hoy es El Rincón de La Boca. En esa pizzería estuve a cargo del comedor”, comienza diciendo.
¿Cómo ve al país, don Jorge?
De política no entiendo mucho y nunca me metí. Veo que no hay seriedad y no confío. Se ve que hay mucha corrupción y estoy alejado de eso. Sólo puedo decir que hoy estamos mejor que ayer, porque nosotros los jubilados hemos mejorado un poco. Pero aún tienen una gran deuda con muchos jubilados del país.
¿Qué lugar ocupa la religión en su vida?
Yo antes, cuando vivía acá en Mendoza, era practicante porque iba a la iglesia de San Francisco todos los domingos. Pero los mismos integrantes de la religión católica me fueron desengañando tanto, que ahora no creo en nada. Me he vuelto ateo, como se dice.
Pero tiene cierta fe en Dios.
Te lo voy a explicar sinceramente.Cuando yo estoy haciendo algo,siempre pienso que Dios me ayude. Que me salga bien esto o lo otro. Pero te doy un ejemplo:lo que acaba de ocurrir con esos pibes del secundario que murieron en un ómnibus cuando venían de hacer tareas solidarias en Chaco. ¿Porqué tiene que ocurrir eso,si Dios existe? A eso no le encuentro explicación y por eso,a veces,dejo de creer.
¿Qué consejos les puede dar a los jóvenes?
A la gente joven le diría que nunca pierda el respeto por la gente mayor. Que no somos un trapo viejo y arrumbado. Cuando uno entra en un tema, muchas veces nos hacen entender que no tenemos derecho a opinar porque ya estamos viejos. Y a lo mejor tengan razón.
¿Tiene buenos recuerdos de sus años en Colombia?
Para mí fue hermoso. No puedo dejar de reconocerle al pueblo colombiano la atención que tuvieron conmigo. Quiero a Colombia, me gusta y sufro por su pueblo cuando no les va bien. A mí me respetaron siempre, pero porque también yo me porté bien con ellos.
¿Cómo conoció a su esposa?
Si bien alguna vez me fue a ver cuando jugaba, yo la conocía porque la veía pasar por calle San Martín y Las Heras, donde nos parábamos siempre con un amigo. Y un día le dije a él:”Mirá, si esa piba me da pelota me caso con ella…” (detiene su relato y llora). Y ahí estamos, pibe, ya llevamos 59 años de casados. Vamos a cumplir sesenta juntos y seguimos de novios igual. Lo que le conté fue cuando ella tenía 14 años.
Así la charla siguió. María Rosa preparó unos cafecitos batidos y nos saludó uno de sus hijos. Desde aquí podemos decir que fue un honor, don Jorge.