Tuvieron, virtualmente, que pedir limosna para participar. Y casi no lo pudieron concretar porque la falta de recursos les impedía viajar por sus propios medios. Las jugadoras tuvieron ayuda mínima de último momento y un orgullo para imitar y ponerlo como ejemplo deportivo. No sólo sacaron a flote la habilitación para competir, sino que lo hicieron de manera admirable y con mucho esfuerzo. El seleccionado argentino femenino de básquetbol lo hizo posible, y ahora se ganó un lugar en el podio de las conquistas del deporte nacional, teniendo en cuenta el buen nivel de sus rivales.
El conjunto blanquiceleste, en otro de sus batacazos, superó ayer al de Canadá por 74 a 57 y se clasificó en el noveno lugar del campeonato mundial que se está desarrollando en San Pablo, Brasil. Así, igualaron la segunda mejor ubicación de la historia, registrada también en Brasil, en 1957. La mejor posición histórica de Argentina se produjo en Chile 1953, cuando fue sexta. El equipo orientado por Eduardo Pinto impuso una clara supremacía sobre el conjunto norteamericano, sobre todo en la segunda mitad, en la que apabulló a su rival. Gisella Vega, quien anotó 21 puntos, capturó 7 rebotes y recuperó 8 pelotas, volvió a ser la figura del equipo albiceleste. En tanto que la mendocina Carolina Sánchez contribuyó con nueve tantos para el triunfo argentino.