Caerse, volver a levantarse. Tropezarse y empezar de nuevo. Erguirse, mirar al frente y otra vez de ñata al suelo. Así vive el Expreso. Sufre. Es sufrir, porque no termina de motivarse con una victoria ante uno de los candidatos, que otra vez ya lo están bajando de un hondazo. Mire, es complicado hasta escribirlo habiéndolo meditado un rato en La Plata. Porque, sin poner excusas imposibles de creer, hay que decir que Godoy Cruz juega bien y pierde.

    Cae por mínimas distracciones, por pequeños detalles, pero pierde. Y ayer, el que le dio la bofetada es uno que venía con el ánimo por el subsuelo, como Gimnasia y Esgrima La Plata. Fue eliminado de la Sudamericana y arrastra ese 7 a 0 con el Pincha que se lo van a recordar hasta la eternidad. En el campo de juego, el tema se embarró ahí nomás. Porque el piso, de tanta lluvia, estaba imposible de traicionero.

    Resbalones cuando había que cuidarla, pases a cualquier lado y pasadas para acá y para allá. Una le pasó a Silvio Duarte y al remate de Silva lo tapó Torrico. Y llegó el primer error, cuando el Expreso ya dominaba las acciones. Lucas Landa saltó solito en el medio del área y desde un córner puso el 1 a 0 con un frentazo de pique al suelo, arrinconándolo junto al palo. Había desahogo, y mucho, en La Plata.

    Sin ser mezquino, Godoy Cruz fue al frente. Jugó y metió y por eso, de una guapeada de Franco Mendoza, casi llega el empate, pero el portero Kletnicki lo achicó muy bien. Y ya que el ex Banfield estaba inspirado, en otra que le dieron por derecha se acomodó y estalló su remate en el palo. Ya acá tuvo fortuna el Lobo. Le anulan después un gol a Herbella y se frustró otro grito bodeguero.

    Pero, en el complemento, los mendocinos volvieron a tomar protagonismo y valentía. Franco Mendoza estaba en una de sus tardes y encaró para lastimar, amagó, tiró el centro atrás y lo taparon justo a Enzo Pérez. De contra, el Lobo también proponía y, sobre todo, por izquierda, con toda la libertad que le dejaban a Nicolás Cabrera. Y cuando casi lo liquidan al Expreso, llegó una genialidad entre Hernán Buján, Mendoza y Villar.

    Pases y una pared exquisita para que Franco metiera un zurdazo, dejando en el camino a Marcelo Goux. Uno a uno que ponía la balanza equilibrada. Y, encima, casi el Bodeguero lo define. El tucumano Cristian Ruiz entró con toda furia se fue hasta el fondo de la línea y, en vez de tirar el centro, se la picó por arriba al arquero platense. ¡Clanck! La pelota dio otra vez en el palo. Increíble. Y cuando todo parecía empate y ese punto al menos dejaba cierta conformidad, todo se derrumbó. Una pelota que venía del cielo le quedó a Silva y Landa delante de Torrico. Lucas metió la gamba antes que todos y, a tres minutos

GOLEADOR
. Franco Mendoza ya sacó el zurdazo que significó el empate parcial del Tomba. del final, hizo delirar de nuevo a los locales. El Tomba, todo embarrado como estaba de tanto tirarse, se quedó sin nada. La victoria de visitante todavía está pendiente. No liga, aunque sí tiene sus errores, de los que deberá aprender y curtirse. Este premio se lo ganó legítimamente y jugar en Primera no es nada sencillo.