El diario británico The Economist realizó un editorial analizando la gestión de Alberto Fernández a casi un año de ser elegido como presidente. En la columna se lo describe como alguien que improvisa, débil, con ansia de popularidad y sin rumbo.

La nota arranca haciendo hicapié en lo que Diego Armando Maradona representó, tanto mientras vivió como cuando se murió. “El funeral del futbolista más famoso de Argentina el 26 de noviembre fue tan apasionado y caótico como los asuntos de su país”, señala.

“El ansia de popularidad de Fernández por asociación es una señal de su debilidad”, cuestiona el texto que destaca que Alberto desafió las reglas sanitarias de su propio Gobierno al ofrecer la Casa Rosada como lugar para despedir al Diez y provocó “el caos”. 

Fernández y Cristina

De acuerdo con el diario, el presidente es “un socialdemócrata” al frente de una “incómoda coalición peronista”.

A su entender, Cristina Fernández de Kirchner y Fernández conforman un “matrimonio político palpablemente sin amor” en la que “gran parte del poder recae en su vicepresidenta”. 

Así, hace hincapié en las quejas de Cristina sobre los “errores” y “funcionarios que no andan” de Alberto y remarca que hablaron “por primera vez en 45 días” en el funeral del Diez.

Otro de los puntos de tensión que enumera es la intención del kirchnerismo de controlar el poder judicial y que la vicepresidenta “está furiosa” porque el jefe de Estado no le puso un freno a los expedientes de corrupción en su contra que avanzan en los tribunales.

El plan económico

El texto cita a críticos que aseveran que el gobierno no tiene plan económico y deambula entre posiciones pragmáticas y populistas. Lo ejemplifica con la marcha atrás en la intención de expropiar Vicentín y el polémico impuesto a la riqueza, que podría convertirse en ley este viernes 4 de diciembre en el Senado.

De esta forma, califica la economía como “deprimida” en un contexto en el que la gestión del Frente de Todos asistió a la población con ayudas de emergencia “imprimiendo dinero”.

“Los desequilibrios en la Argentina terminan en racionalidad o en una explosión”, señala un político que cita el medio, que añade que “esta vez el tránsito a la racionalidad va lento”. 

Sin embargo, The Economist considera que el principal logro del presidente fue la reestructuración de la deuda externa, al recibir un apoyo de la gran mayoría de los tenedores de bonos. Aunque, ese éxito no consiguió restablecer la confianza en el peso ni tampoco el acceso del país a los mercados internacionales.

La conclusión

“La recuperación será lenta”, estima la columna.Su proyección la sustenta con el hecho de que el cepo y el impuesto a la riqueza desalientan la inversión.

A su vez, recuerda que varias empresas multinacionales ya se fueron de la Argentina, como el gigante chileno Falabella, la aerolínea Latam o la cadena de supermercados WalMart.

Según su análisis, vivir bajo sus propias reglas hizo que la Argentina pasara de ser uno de los países más desarrollados de Latinoamérica a una “una larga declinación”.

“En eso Maradona también representó a su país”, compara nuevamente. “Diego tenía tanta riqueza futbolística que pensó que la podía derrochar y no se terminaría. Se cayo, se levantó, se cayó otra vez. A falta de glorias futuras, se deleitaba en sus glorias pasadas. La Argentina, quizá”, concluye.