Un Fiat Regatta que se dirigía por Emilio Civit y un Honda que lo hacía por la otra arteria chocaron en esa esquina que tiene semáforo. Como consecuencia del accidente, resultaron con lesiones leves los dos conductores y cuatro niños que viajaban en el Fiat Regatta. Además del caos vehicular, el choque dejó al descubierto una posible irregularidad, ya que los efectivos que trabajaron en este hecho indicaron que el Fiat estaba realizando tareas de transporte escolar. Esta situación derivó en que al lugar del accidente llegaron los padres y familiares de los menores –quienes iban camino de la escuela a sus casas– los que, nerviosos, agredieron a la conductora del Honda.