“Los últimos tres meses del año son los más duros en gastos”, señaló el ministro de Hacienda, Martín Kerchner, teniendo en cuenta que hay vencimientos de deuda y que el gobierno debe pagar el aguinaldo en diciembre a los estatales.

Son varias las cuentas pendientes que tiene el gobierno de Alfredo Cornejo de aquí a diciembre y en total necesita unos 9.000 millones de pesos, sin contar la posibilidad de otorgar un bono de fin de año, ya que esa posibilidad por ahora está “complicada” y en caso de llevarse adelante se necesitará del endeudamiento.

En torno a esto, Kerchner enumeró las principales obligaciones que tienen de acá a fin de año, entre ellas, devolver los adelantos de coparticipación que fueron otorgados en enero para pagar sueldos (unos 1.800 millones de pesos), vencimiento de 400 millones de pesos en letras, amortización de la deuda histórica y los intereses de la deuda, coparticipación y préstamos de la Anses a los municipios, sueldos y aguinaldo, entre otras.

“Venimos bien y tenemos todo programado, todo depende del último momento. En principio creemos que vamos a lograr el objetivo”, indicó Kerchner, que se mostró optimista con las cuentas y que puso sus esperanzas en que suba la recaudación en el mes de noviembre.

Además el funcionario de Cornejo señaló que desde hace tiempo tiene previsto el pago del aguinaldo por eso “cada peso que sobra” se ahorra y por ejemplo se coloca en plazos fijos. “Vamos juntando para que no nos sorprendan las cosas que no sorprenden y que a gobiernos anteriores los sorprendieron”, disparó el ministro de Hacienda.

En este esquema, el Gobierno se ha mostrado muy cauteloso para dar señales sobre un bono de fin de año a los estatales. Cornejo dejó abierto un pequeño entresijo mientras otras provincias ya tienen confirmado el extra de fin de año. Con las cuentas apretadas, Cornejo sostuvo que puede haber “una pequeña ayuda para las fiestas”. 

En su momento, esa ayuda extra fue desinflada por el propio Kerchner. “No armemos castillos en el aire donde no hay posibilidad, no podemos confirmar o negar nada hasta ver qué cierra el sector privado y qué apoyo tenemos del Gobierno nacional”.

Pero la situación de Cornejo es similar a la de otros gobernadores que requieren de la ayuda nacional para poder tener las fiestas en calma.