Una banda fue condenada este martes por intentar contrabandear cargamentos millonarios de cigarrillos a Chile. En total, nueve integrantes con diferentes grados de participación recibieron penas de entre 5 años y medio a dos años.

Los dos hechos en los que fue hallada culpable la gavilla ocurrieron en noviembre de 2013 y febrero de 2014. En un trabajo de la Policía contra el Narcotráfico y AFIP-Aduanas, se logró incautar en la localidad de Uspallata y en un depósito de Maipú más de 7 millones de pesos en la mercadería tabacalera ilegal, al precio de aquel entonces.

La investigación surgió a partir de una denuncia anónima de la que tomó conocimiento la Justicia federal a mediados de noviembre de 2013. No obstante, la misma señalaba a uno de los acusados, Juan Carlos Iñiguez, por acopio de estupefacientes para trasladar al vecino país.

Ante eso, se le realizaron escuchas telefónicas al hombre, pero se constató que en lugar de sustancias ilegales lo que buscaba trasladar hacia la república trasandina era mercadería sin declarar, más precisamente cigarrillos.

De la pesquisa surgió que Iñiguez se comunicaba con dos personajes claves para realizar las maniobras: Roberto Tito Flores, quien conseguía los productos a contrabandear, y Adrián Chalo Ramírez, un agente de Aduana que los ayudaba a pasar los camiones sin ser revisados.

Los tres hombres habían planificado y concretado con éxito el envío de un cargamento de cigarrillos, del cual se desconoce la valuación, que pasó hacia Chile el 26 de noviembre.

Al día siguiente, Flores se comunicó con Iñiguez y le propuso pasar otra carga por límite internacional: “¿Estamos para otro más?”, le preguntó a su socio a través de un llamado de celular.

La respuesta fue positiva y en unas 24 horas pudieron coordinar las tareas para realizar su segundo traslado en tres días.

Fue alrededor de las 1.52 del 28 de noviembre que un camión proveniente de Buenos Aires, con destino a tierras chilenas, arribó al puesto de Aduana de Uspallata. Al chofer, identificado como Carlos Alberto Ávila, se le ordenó pasar su cargamento por el escáner.

Ante eso, el chofer se comunicó con los dueños de la carga ilegal que llevaba y los puso al tanto de la situación. Hubo varios llamados entre Iñiguez y Flores, quienes estaban nerviosos porque no lograron evitar los controles.

Incluso, en las comunicaciones telefónicas captadas por los investigadores surgió había cierta bronca hacia su contacto aduanero: “Esa gente (por Chalo Ramírez) que se haga responsable porque ellos cobraron su plata, se llevaron 60 lucas”.

Lo cierto es que pasadas las 5 de ese día, personal de Aduana fue a buscar al camionero y le exigieron que procediera a realizar la revisión, debido a que llevaba demasiadas horas esperando en la playa.

Fue allí cuando el escáner captó un contenido sospechoso, que resultaron ser 514 cajas de cartones de cigarrillos Fox, Blue Point y Rodeo. Un total de 257 mil atados valuados ese día en 2.902.250 pesos.

Tras ese primer cargamento interceptado, la pesquisa continuó y con ella las escuchas telefónicas a los integrantes de la banda identificados.

Fue así como en febrero del año siguiente se tomó conocimiento sobre una nueva actividad que iba a llevar a cabo la organización. Esta vez con mayor cantidad de personas a cargo de las diferentes tareas, pero siempre bajo la tutela de Iñiguez, Flores y Ramírez, según la pesquisa.

Como dueño de la mercadería fue identificado Ruben Héctor Riveros.

Mientras que una mujer llamada Rosa Isabel Fernández funcionaba como intermediaria entre los propietarios y quien iba a recibir los productos del otro lado de la frontera: Sergio Orlando Riquelme. 

En tanto, Marcelo Escudero tuvo como tarea conseguir el camión de la empresa Adelén S.A. que utilizaron, el cual fue conducido por Leandro Daniel Aballay.

Ese chofer fue detenido a las 5.55 del 21 de febrero de 2015 cuando, una vez más, el escáner del puesto de Aduana de Uspallata permitió dar con las 460 cajas de cigarrillos Belmont, valuadas en ese momento en 3.478.590, 19 pesos.

El mismo día, se hizo un allanamiento en un galpón en el Acceso Este, a la altura de Rodeo del Medio, donde se hallaron otras 81 cajas de los mismos cigarros, las cuales tenían un precio de 1.161.000 pesos.

En ese lugar fue aprehendido Jorge Alberto Vargas, titular del depósito que quedó acusado por la tenencia de la mercadería de contrabando.

Por su parte, también se hizo una medida en una oficina de calle Pedro Molina, donde trabajaba Tito Flores, donde se hallaron en una computadora un archivo de Excel llamado “Cigarrillos Chile” y también notas periodísticas sobre maniobras de contrabando que habían sido frustradas en la provincia.

Tras el segundo cargamento secuestrado, los sujetos identificados en la causa fueron detenidos y procesados en la causa, cada uno con su respectivo grado de responsabilidad.

Con los elementos recaudados, la fiscal Gloria André pidió penas para nuevo de los diez acusados ante el tribunal¡ integrado por María Paula Marisi, Walter Piña y Alberto Carelli.

El detalle de las penas

– Adrián Ramírez: 5 años y 6 meses.

– Roberto Dante Flores: 5 años

– Juan Carlos Iñiguez: 5 años.

-Rubén Héctor Riveros: 4 años y 6 meses.

– Sergio Orlando Riquelme (chileno): 4 años.

– Leandro Daniel Aballay: 4 años.

– Marcelo Flavio Escudero: 2 años y 3 meses en suspenso.

– Carlos Alberto Ávila: 2 años

– Rosa Isabel Fernández (chilena): 2 años de prisión en suspenso.

– Jorge Alberto Vargas: absuelto.