Los comerciantes esperaban que la llegada del frío activara el consumo que venía en baja a causa del otoño tardío. Sin embargo, en la segunda quincena de mayo las ventas continúan congeladas por la corrida financiera de la última semana que provocó que los potenciales compradores actuaran con cautela.

De acuerdo al último informe de la Federación Económica de Mendoza, en marzo el sector textil fue uno de los más golpeados con un porcentaje de caída de -0,80. Tendencia negativa que se habría mantenido en abril con índices similares.

“Para esta misma época, el año pasado vendíamos un 30% más. La cosa viene mal y la gente se deja llevar más por el miedo que por la necesidad o el deseo. El problema es que, con el alza del dólar, el precio de las telas aumentó y algunos textiles como el corderoy ya no se consiguen. A esto hay que sumarle el precio del flete y otros costos de base”, indicó Pablo Ledda, encargado de una casa de prendas para hombres ubicada en calle San Martín de Ciudad.

De acuerdo a la estimación del encargado del local, el embate económico se trasladará a los precios de la indumentaria de primavera/verano que presentarán un incremento mayor.

En tanto, como el volumen de ropa de la temporada otoño/invierno ya fue adquirida en enero o febrero, no deberían registrar cambios los valores expuestos en las vidrieras actualmente. Así lo indicó Adrián Ailín de la Cámara Empresaria de Comercio, Industria, Turismo y Servicios de la Capital (Cecitys).

Es repudiable si un comerciante sube sus precios por pura especulación“, consideró Daniel Di Martino titular del Instituto de Desarrollo Comercial, quien señaló que el argentino tiene “una cabeza dolarizada” y hay más de uno que juega con eso, aunque su producción no lleve insumos importados.

Desde ambas entidades consideraron que la estrategia que tiene a mano el sector para mejorar la situación es implementar el horario corrido. “Con esto pretendemos activar las ventas en grandes superficies”, dijo Di Martino.

¿Cuánto cuesta abrir un local por día?

“Durante la mañana gané  $2.500, que es lo equivalente a cuatro prendas. Cuando el año pasado y en un buen día la ganancia era del doble”, comentó Paola Hurtado, empleada de un local  de Avenida Las Heras, de Ciudad.

Por mes, sólo el alquiler de un negocio de pequeñas dimensiones (3 metros de ancho por 10 metros de largo, aproximadamente)  cuesta $40.000, más $10.000 de mantenimiento y seguridad.

Otros $10.000 deberá pagar en la factura de luz y unos $22.000 por el sueldo de un empleado de comercio.

Con todo este gasto fijo, abrir la puerta de un local por día con sólo un empleado le cuesta a su dueño unos $3.000, sin contar la carga impositiva.

“Las expectativas no son buenas y es probable que las propietarias decidan cerrar. Las cuentas no dan. Encima, los controles de la AFIP son cada vez más rigurosos o sólo buscan recaudar. Pagamos $5.000 de multa porque se nos venció el facturero y teníamos el nuevo en la imprenta…”, contó la mujer.

El gerente de una tienda de gran tamaño que tiene 5 empleados, comentó que se mantienen gracias a las liquidaciones y las ofertas. “Si bien el volumen de ventas no es el mismo un 35% menos que en el 2017, nuestra estrategia va más por las promociones para obtener ganancias que reducir personal para abaratar costos“, dijo Rubén Méndez.