Siempre se está escuchando la importancia de depurarse y limpiar el cuerpo a base de dietas hipocalóricas de batidos de frutas y verduras o suplementos a base de plantas naturales. Es verdad que el gran perjudicado del exceso de grasas y alcohol de estas fechas es el hígado, y que se necesitan poner en marcha algunos trucos y consejos que ayuden a evitar esa acumulación de toxinas en el organismo; pero lo que quizás no se sepa es que el mismo cuerpo está programado para hacerlo por sí mismo de forma natural.  

“Por supuesto que llevar una dieta rica en frutas y verduras va a hacer que nuestro organismo esté más limpio y funcione mejor, además de nutrido y sano gracias al aporte de vitaminas y minerales. Pero lo cierto es que el propio cuerpo humano es capaz de “depurarse” por sí mismo si funciona correctamente, gracias a ciertos órganos como son los riñones y el hígado”, explica la nutricionista y colaboradora Marta Lorenzo.

Tras los excesos navideños, lo normal es que el cuerpo por sí mismo, al volver a la rutina, sea capaz de eliminar el exceso de grasa y azúcar que podemos haber consumido. El problema viene cuando tenemos a nuestro organismo sometido a excesos constantes (no solo en Navidad) y lo hacemos trabajar más de lo normal.

“Por lo general, para conseguir un cuerpo limpio no hace falta alimentarnos a base únicamente de batidos, ya que podemos sufrir déficits de otros nutrientes que no se encuentran en las verduras y frutas. Para conseguir que nuestro cuerpo se mantenga sano, bastaría con llevar una dieta equilibrada como la dieta mediterránea, hacer ejercicio y beber unos 1,5-2 litros, evitar el tabaco, café, alcohol, picantes muy fuertes, carnes rojas, alimentos con grasas de mala calidad, pastelería, azúcares, etcétera”, apunta la experta.

Por qué los jugos verdes no son la mejor opción

“Por otra parte, debemos tener en cuenta que, si nos centramos únicamente en tomar frutas y verduras, podemos acabar teniendo problemas de diarreas (perderíamos demasiada agua y con ella minerales) o hipervitaminosis, es decir, exceso de vitaminas. En el caso de las vitaminas hidrosolubles, como las del complejo B o la vitamina C, no habría problema ya que se eliminan por la orina y tendríamos que ingerir excesiva cantidad de vitaminas para sufrir acumulación. Sin embargo, en el caso de las liposolubles, si se acumulasen, podrían dar lugar a intoxicaciones. Además, debido a un compuesto llamado ácido oxálico que contienen las verduras, se pueden formar cálculos o piedras en el riñón”, afirma la profesional.

Asimismo, hay que tener en cuenta que una cosa es complementar la dieta con zumos o batidos para hacerla más completa y, otra cosa, es sustituir las comidas por este tipo de jugos durante un período prolongado, puesto que con ello solo se va a conseguir un déficit al no ingerir la cantidad de proteínas y grasas necesarias para el organismo.

Pero, ¿qué se puede hacer para tratar que la vuelta a la normalidad sea lo antes posible? La respuesta puede ser muy simple siguiendo algunas pautas

1. No dejar de comer

Es un error muy frecuente. A nuestro organismo no le gusta ayunar, no estamos preparados para ello, y además, en el proceso de obtención de energía sin hidratos de carbono de por medio, se producen sustancias perjudiciales para el organismo. Por lo tanto, tenemos que seguir comiendo y en una proporción equilibrada. Por enésima vez no está de más recordarlo: las pérdidas de peso rápidas no son nada buenas.

2. Volver a la rutina

La mejor manera que existe para que el cuerpo recupere su peso ideal es volver cuanto antes a nuestros hábitos saludables y a comer de forma normal, respetando los horarios, las cantidades… Y no te confíes, los famosos batidos o zumos detox no son tan buenos como parecen, pero si ingieres cinco raciones de fruta y verdura al día conseguirás el mismo aporte de vitaminas y minerales.

3. Madrugar

Para esto que hablábamos en el punto anterior, para incorporar fruta a la dieta, lo más sencillo es levantarse cinco minutos antes. El desayuno es la comida que mejor lo acepta y te aseguramos que tu día se verá de otra manera si te despiertas con tiempo para prepararte un jugo de naranja. Acompañalo de alguna pieza de merienda y otra a media mañana. ¡Y verás como el día mejora!

4. Decir adiós a los dulces

Es una obviedad, pero si normalmente debemos evitar los hidratos de carbono de liberación rápida (dulces, postres), mucho más si pretendemos volver a la normalidad después de Navidad. Ese turrón que aún queda en la bandeja mejor que salga por donde ha venido, ¡y cuanto antes!

5. Planificar

Es un lío, pero la vida será más fácil si se consigue llevar una planificación semanal de comidas. Se debe lograr tener conciencia de que cada siete días se tendrá que escribir en un papel todos los menús. De esta manera será más fácil comprobar que realmente se sigue una dieta equilibrada y saber rápidamente qué ingredientes faltan antes de ir a la compra. Así no te encontrarás sin saber qué comer en un momento dado y reducirás las posibles tentaciones de productos pocos saludables, como los snacks.  

6. Sumar

Para esta organización de comidas, lo más sencillo para no pasar hambre y pasar horas preparando la comida, es organizar cinco ingestas al día: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena. Hay que hacer tres comidas principales, siendo la del mediodía la más importante (seguida por orden del desayuno y una cena ligera). Entre horas no olvides dos tentenpiés más ligeros que pueden ser por ejemplo una fruta y un yogur.

7. Siempre con supervisión

Una cosa es hacer que el organismo recupere su normal funcionamiento y se limpie de todos los excesos navideños y otra muy diferente querer perder peso extra. En este último caso, será necesario ponerse en manos de un nutricionista. Una dieta sin supervisión es fácil que no sea en absoluto equilibrada y que produzca el tan temido efecto rebote.

8. Ante la duda, gana la razón

En resumen, después de Navidad lo ideal sería cumplir estos puntos y convertirlos en buenos hábitos; recordando siempre que la mejor dieta posible es comer de todo, con moderación y de manera equilibrada.