La irrupción del coronavirus tomó a todos por sorpresa. Nadie imaginó que la pandemia sacudiría al mundo no sólo desde el punto de vista sanitario sino también económico.

Muchos comerciantes locales continuaron con sus actividades e implementaron distintas medidas para no perder clientes. Otros debieron cerrar sus puertas y piensan en distintas estrategias para volver al ruedo. 

Frutas y verduras, a domicilio

Víctor es uno de los que vio modificada su rutina diaria. El hombre hace años maneja dos verdulerías en Dorrego. Si bien sus comercios pueden seguir trabajando destacó que durante los últimos días las ventas cayeron y que tuvieron que utilizar el ingenio para intentar recuperarse.

“Esta situación nos ha golpeado fuerte. Mis negocios, durante la primera parte del aislamiento total, del 20 al 31 de marzo anduvieron bien. La gente compraba y casi que me fue mejor que en otras oportunidades. En esta segunda etapa del aislamiento cambió todo, la gente no compra. Los precios en la feria aumentaron considerablemente y eso trabó todo el negocio”, contó.

“Abro los dos locales de 9 a 14, no trabajo por la tarde, e incorporé el servicio de delivery para las personas mayores que no pueden salir de casa. El resto viene compra y, muchas, le llevan los pedidos a las vecinas”, explicó Víctor.

Con respecto a cómo continuará la situación después del fin del periodo de aislamiento, el trabajador sostuvo: “No sé cómo seguirá esto ni qué vendrá después del 13-A, sólo sé que hay que seguir trabajando porque hay que pagar empleados, servicios, mantener a los hijos y demás”.

Churros, a domicilio

Otros que también apelaron a nuevas estrategias de ventas fueron los dueños de una tradicional empresa que comercializa churros y otros productos dulces y salados.

Uno de sus propietarios, Julio Agüero, aseguró que durante la primera etapa de la cuarentena decidió con sus hermanos cerrar el local y la fábrica; luego con la extensión hasta el 12 de este mes, la situación fue replanteada.

“Nos sentamos una tarde y analizamos cómo hacer frente a esto que tenemos hoy y a lo que se viene. Decidimos ponerle el hombro con los empleados que estuvieran dispuestos y así fue como ampliamos nuestra zona de venta mediante la entrega a domicilio”, contó Agüero.

El empresario dijo que el delivery no lo hace mediante una empresa determinada sino que los mismos empleados, proveedores y los dueños pusieron a disposición sus vehículos y así reparten los pedidos desde las 8 hasta las 23. Además, continúa la venta mediante mostrador.

“Antes el reparto era en zonas de San José y Ciudad y actualmente llegamos a algunas partes de Villanueva, Boulogne Sur Mer, Las Heras, Godoy Cruz y Chacras. Es la única alternativa que hoy encontramos para salir adelante, pero que no nos salva ni nos reduce la deuda que vamos a contraer. Hemos pateado el pago de servicios e insumos para adelante y eso sí se complicará, pero hoy pensamos en el día a día”, dijo Agüero.

Sobre cómo seguirá el negocio, el empresario dijo que tienen que replantear un montón de cosas, que actualmente cuentan con la mitad del personal disponible trabajando, pero que lo que reina en su pensamiento es la incertidumbre.

Delivery sólo para personas en situación de riesgo

Adriana es otra de las comerciantes que tuvo que adaptarse a la nueva realidad. Ella tiene una despensa y pollería en Godoy Cruz y continuó atendiendo al público durante la cuarentena, según los horarios dispuestos por el gobierno nacional.

“Las ventas han sido flojas, pero decidimos no cerrar porque era peor. Lo cierto es que ante la situación que afecta al mundo entero acá estamos atendiendo el negocio con todos los recaudos necesarios”, contó Adriana.

El local está ubicado en el Barrio Parque de Godoy Cruz, donde residen muchos adultos mayores, motivos por el cual los dueños dispusieron realizar delivery sólo a las personas que se encuentran en situación de riesgo.

“No contamos con el servicio de delivery, es decir, nosotros mismos les entregamos el pedido a domicilio, pero sólo a esas personas que realmente no tienen autorizado salir de casa”, dijo la comerciante.

Zumba: del gimnasio a Facebook Live

Eva Heredia es profesora de Educación Física (mat 683). Su mayor inconveniente se presentará una vez terminado el periodo de aislamiento ya que la actividad, como muchas otras ligadas al entretenimiento, será la última en reincorporarse a la sociedad.

“Es una decisión compleja, pero entendible, pero si bien amo mi profesión también tengo una familia que mantener. Por ello decidí continuar con las clases mediante Facebook Live. Las mismas las hago desde mis casa y las alumnas me pagan la mitad de la cuota que abonaban en el gimnasio”, dijo.

Durante la cuarentena, la profesora ya estaba dando las clases mediante esa modalidad y fueron muchas las alumnas que se prendieron a la iniciativa. “La idea era animarlas, darles buena onda y que siguieran en actividad. Frente a lo que me depara seguiré, pero las clases serán pagas”, dijo y reconoció que no será lo mismo que una clase presencial, pero de momento no le quedan muchas más opciones.

“Las chicas me siguen a todos lados y más de 20 se prendieron a la propuesta. Por lo que eso me salvará unos meses hasta que esto se componga”, manifestó la profesional.

Sin estrategias y con mucha incertidumbre

Por su parte, Daniela es dueña de una tienda de ropa y accesorios para mujer, ubicada en un centro comercial de Dorrego. Desde que se impuso el aislamiento el comercio está cerrado y la situación de su dueña es desesperante ya que no sabe qué pasará.

“La luz, el alquiler, los proveedores y los empleados siguen estando presentes y yo, como muchos otros, estoy frenada. Ya compré toda la ropa para la nueva temporada y no he podido vender nada. He pensado en varias estrategias, pero al no ser un rubro exceptuado no cuento con un permiso determinado para abrir el local. Tampoco puedo pagar a un delivery para que entregue la ropa a domicilio porque no cuento con el dinero suficiente para pagar el servicio, además, nadie me asegura que el joven llegará a destino sin ser parado por un control”, dijo.

La comerciante, por ahora, espera alguna solución ya que la mercadería está y hay que pagarla, lo mismo que el alquiler del local. “Ojalá podamos acceder a algún beneficio, porque realmente se nos vienen meses muy difíciles”, dijo.