Sin duda que las largas semanas de cuarentena vividas han llevado a que muchas personas tuvieran que modificar sus hábitos diarios y que en ellos, el ‘trabajo remoto’ (realizado desde el hogar como una forma de continuar con las rutinas laborales), comenzara a tener mayor relevancia y posicionarse como una tarea cada vez más habitual.

Así, y en consecuencia de todo este gran cambio sufrido por efecto del COVID-19, ha provocado por ejemplo que – al migrar del entorno laboral de oficina hacia la modalidad del homeoffice-, muchos evidencien una pérdida esa concentración que habitualmente tenían para trabajar a raíz de sentir que las condiciones en las que se lleva adelante ahora el trabajo, son muy lejanas a las comodidades que se tenían antes.

Pero, ¿qué sucede cuando esta falta de atención se hace más frecuente y lleva a que a veces sea imposible ‘focalizarse’? ¿Cómo poder volver a rendir el cien por cien? La solución tal vez sea más fácil de lo que se piense y esté muy ligada a la alimentación que se esté llevando a cabo por estos días.

¿Cómo es eso?

Existen algunos alimentos que pueden ayudar a una persona en conseguir aumentar sus niveles de concentración. En este sentido, la nutricionista española Elisa Blázquez señalaba en una entrevista sobre este tema que, “una alimentación ordenada y rica en micronutrientes es esencial para favorecer una buena concentración y rendimiento intelectual”.

¿Cómo conseguir estar ‘en foco’?

Para lograr aumentar la concentración y evitar situaciones que lleven a la dispersión, es importante tomar nota de algunos alimentos aconsejables para sumar a la dieta diaria ya sea durante la cuarentena como así también, adoptarlos como hábitos alimenticios durante todo el año. Veamos cuáles son:

No a los ultraprocesados, harinas refinadas y azúcares

Los expertos en nutrición coinciden en afirmar que  se debería limitar aquellos alimentos ultraprocesados, las harinas refinadas y también los azúcares.  “Lo primero es evitar harinas refinadas y azúcares, estos alimentos favorecen los picos de glucemia y la posterior bajada de azúcar, que puede provocar desconcentración, debilidad y decaimiento. También debemos desterrar los ultraprocesados, que nos aportan pocos nutrientes y muchas calorías. Una dieta ligera y rica en vegetales, siempre será la que nos ayude a estar más agiles y vitales”, afirmaba la especialista española.

Sí a las proteínas

Consumir proteínas de alto valor biológico en el desayuno y comida es fundamental. ¿El motivo?  “Es que el cuerpo necesita aminoácidos como el triptófano para producir neurotransmisores como la serotonina”, afirmaba la especialista en nutrición. Dentro de este grupo se encuentran por ejemplo, los huevos, las carnes magras y el pescado.

Un sí rotundo a los alimentos ricos en antioxidantes

Los antioxidantes favorecen el rendimiento intelectual. Pero, ¿qué alimentos los contienen? Podemos citar el cacao puro, los arándanos, las verduras de hoja verde o la palta.

Sí al Omega 3

Al margen de ser conscientes de qué alimentos se deben descartar, entre los principales alimentos que ayudan a mejorar la capacidad cognitiva se encuentran aquellos que son fuente de Omega 3, como es pescado azul (atún por ejemplo), las nueces y las semillas de lino de chía.

La hidratación siempre presente

La hidratación también juega un papel muy importante. “Mientras estamos concentrado, hay que beber agua constantemente”, afirmaba Elisa Blázquez, que además recomendaba tener como acompañante durante las horas de teletrabajo en casa, el poder ingerir otros líquidos como limonada de agua con limón o aguas con sabor, por ejemplo, agua de pepino y menta.

No a los picoteos y apostar por el ayuno nocturno

Una vez que se tienen en cuenta los alimentos que mejor van para tratar de mantener la concentración, la experta da, además, algunas recomendaciones útiles para conseguir este objetivo.

“Recomiendo generar horarios y no estar picoteando constantemente, las rutinas serán nuestras mejores aliadas. A lo sumo, hacer una media mañana o media tarde con un puñado de frutos secos, palta o un yogur de coco. Siempre evitando azúcar”, finalizaba Blázquez.