Con las nuevas restricciones para adquirir dólares a través de la Bolsa (MEP), que se suman a las ya existentes en el contado con liquidación (CCL) y el tope de US$200 para la compra en bancos y casas de cambio, economistas y exportadores advierten que se dará un impacto negativo en Mendoza debido a las actividades que se ven directamente afectadas.

El Banco Central determinó que las personas que quieran comprar el permitido mensual y las empresas que deseen acceder al mercado mayorista tendrán que llena una declaración jurada dejando constancia de no haber operado en “contado con liqui” o MEP en los últimos 90 días, además de comprometerse a no realizar esas operaciones por un plazo similar.

Diferentes especialistas aseguraron que esta medida complica a la importación de insumos y la producción local, encareciendo los costos. Esto genera una cadena que termina por aumentar el precio de los productos, aunque el dólar oficial se mantenga.

Según explicó el economista Pablo Salvador, las restricciones a los accesos legales del dólar amplían la brecha entre el valor oficial y el informal debido a las dificultades que encuentran las empresas para pagar deudas o importar insumos. “Cuanto mayor la diferencia, mayor la expectativa de una devaluación futura. La gente comienza a regirse por el ‘blue’ y luego ese salto se vuelca a los precios“, detalló.

De acuerdo con ese análisis, la inflación se vería más reflejada a medida que se vaya abandonando la cuarentena. “No se sabe qué va a pasar y hay una demanda de pesos porque se necesita para operar. Cuando pase la pandemia, nadie va a querer tener esos pesos en el bolsillo. Si el Banco Central no tiene reflejos rápidos, esos aumentos pueden terminar en hiperinflación”, advirtió Salvador.

Lo que sale

El gerente general de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, Mario Bustos Carra, destacó que con un dólar oficial que no sigue a la devaluación se pierde competitividad en el mercado mundial, en medio de una crisis en la que los exportadores buscan salir de la crisis. Además, enfatizó que la repercusión inmediata será en los costos de los insumos y la tecnología importada.

“Tenemos que salir a pelear los mercados contra competidores en la misma situación complicada, pero que tienen apoyo estatal detrás. Las medidas en los distintos países cuidan a sus empresas, mientras acá tenemos promesas pero no se efectivizó nada“, reclamó Bustos Carra. “En la Salud la pandemia se manejó bien, pero en lo económico no fue así”, remató.

Por su parte, el titular de ProMendoza, Mario Lázzaro, advirtió que, al comercializar en dólares, las empresas trasladan el riesgo de una devaluación dentro del precio.

“Las revisiones para importar bienes empiezan a ser revisadas, por lo que el proceso es más lento. Algunos prefieren sobrestockearse para ahorrar tiempo, por lo que se encuentra con insumos por un valor de dólar oficial más el ‘por si acaso’ y sumado al costo financiero por el stock extra“, describió Lázzaro. “Sin embargo, el dólar que reciben sigue siendo al precio del oficial”, agregó.

Lo que entra

La economista Paula Pía Ariet señaló que en lugar de poder conseguir a un precio menor los elementos que se compran en el exterior, como ocurrió hace algunos años mientras estuvo el “cepo”, en esta oportunidad no se da con esa facilidad por las restricciones y demoras que ha generado la pandemia de coronavirus.

“El mercado que podría ser conveniente con un dólar actual, no está funcionando. A diferencia de lo que pasaba antes, hoy no se puede comprar en otro lado ni pedir envío. Hay mucho riesgo, uno no sabe cuándo lo mandarán”, indicó Ariet. A modo de ejemplo, señaló el caso de las computadoras. “Tenemos clientes que las necesitan y no pueden conseguir, a ningún precio. En algunas páginas dicen que tienen y cuando se realiza la compra, avisan que no hay stock”, apuntó.

En este sentido, Alberto Carleti, presidente de la Federación Económica de Mendoza (FEM), aseguró que las pymes de comercio y otros rubros ven un efecto casi inmediato. “Todo lo que es el acceso a la tecnología se ve influenciado. Cualquiera que dependa de insumos importados, que en definitiva son muchos. Es un problema tener restricciones a la transferencia de divisas”, advirtió.

En cuanto a la inflación, Carleti observó que los compradores terminan viendo el efecto de estas medidas aunque no compren dólares. “Si miramos a los fertilizantes y otros productos agroquímicos, tienen un volumen importante de importación: se complica conseguirlos, aumenta y va aumentando el precio en el resto de las actividades”, ejemplificó.

Rubros afectados

Quienes están en alerta son principalmente los mercados que dependen de insumos comprados en el exterior y a su vez los que dependen de estos. De esta forma, se espera que el sector industrial, frigorífico y comercio informático se vea afectado. Aún así, Adolfo Brennan, vicepresidente de la FEM, indicó que en teoría no debería ocurrir ese desbalance.

“El problema de insumos se da si hay problemas para pagarle al de afuera. En el caso de la vitivinicultura casi todos los insumos son importados: los corchos, las barricas y demás insumos enológicos. Básicamente, todo el sector productivo”, apuntó, reiterando que de ser posible manejarse en el circuito del dólar oficial, no se verá un impacto.

Donde sí perciben inconvenientes es en el rubro alimenticio, como ocurre con las frutas y verduras, que están ligadas a los componentes de desinfección y herramientas de trabajo que se adquieren en dólares, según explicó Omar Carrasco, presidente de la Unión Frutihortícola Argentina.

“Ya venimos teniendo ciertos problemas porque hay lugares donde los insumos se venden a dólar blue y no al oficial. Eso junto a lo que está ocurriendo ahora va a afectar un poco más adelante, por empezar en donde se está especulando con los números”, indicó.

Al mismo tiempo, aumentan los problemas con las cámaras de desinfección. “No queda bromuro de metilo para hacer los químicos que se necesitan. Habían dos en el país, cerró uno y sólo podemos comprarle al que queda. Con todo esto los precios son cada vez más caros”, señaló Carrasco.

En el caso de los panificados, Miguel Ángel Di Betta, presidente de la Cámara de Empresarios Panaderos de Mendoza, explicó que si se producen aumentos en los insumos, tratarán de absorberlos mientras dure la pandemia.

Ya nos está pasando con los huevos o la margarina, por ejemplo. Tiene su efecto, pero estamos viviendo un momento difícil y queremos que la gente pase esto lo más tranquilo posible. Siempre que hay algún tema con el dólar, la materia prima sube, pero no tenemos pensado ninguna suba al público”, indicó.