El jefe de la Policía de San Martín Norte, comisario inspector Marcelo Fuentes, escribió un libro porque creía conveniente disponer de una guía para los policías que están estudiando o que se encuentran en actividad, con el fin de mejorar la formación de los recursos humanos de la fuerza. Además, el libro está dirigido a los vecinos, las organizaciones no gubernamentales y diversas instituciones que están ocupadas en la seguridad ciudadana. El volumen está dividido en cinco capítulos, en los que el autor desarrolla los cien caminos para intentar solucionar la inseguridad y toca temas que van desde la imagen de los policías hacia el exterior hasta la necesaria colaboración de los vecinos a la hora de atacar el problema.

PROBLEMA DE TODOS. En los primeros capítulos, Fuentes desarrolla una forma sistémica para trabajar en seguridad, porque sostiene que es un problema que no es solamente de la Policía, por lo que se ofrece una visión interdisciplinaria. Uno de los puntos más importante que menciona Fuentes, en cuanto al rendimiento policial, es cómo mejorar el ingreso y la capacitación del personal. En ese sentido, el comisario aseguró: “Es necesario saber qué tipo de policías queremos. Para eso hay que elaborar un nuevo perfil e ir trabajándolo durante toda la función policial. No podemos capacitar solamente al personal superior, sino, más que nada, a los subalternos, que son los que más contacto tienen con la gente a diario”.

    En ese sentido, Fuentes recordó que hay que tener en cuenta que la vida de cualquier persona depende de un policía, “porque de la decisión de poner el dedo en el gatillo puede depender que alguien viva o muera”. En el tercer capítulo, el autor toca uno de los temas más conflictivos para la Policía y asegura que los buenos uniformados no deben temer el ser controlados por civiles, al mismo tiempo que asevera: “Si nos quedamos en que la seguridad es un problema del Estado y de la Policía, vamos directamente al fracaso, por lo que el vecino es fundamental”.

ESTRATEGIAS PARA SEGURIDAD. Los últimos capítulos del libro se refieren a líneas de acción tácticas y estrategias para mejorar la seguridad ciudadana. “Los elementos fundamentales que hay que trabajar son la motivación y el incentivo del personal policial”, sostiene Fuentes y enumera algunos como “horas de franco, becas, posibilidades para lograr una casa, alternativas varias para que el policía se esfuerce en cumplir su misión pero teniendo en cuenta lo siguiente: tomando pautas de la administración moderna, los agentes deben salir de las comisarías y trabajar en la calle y ver al vecino como a un cliente al que le tienen que dar servicio, satisfacer sus requerimientos”.

    No obstante, Fuentes asegura que al policía que haga mal su trabajo se lo debe castigar duramente y reconoció como dos grandes avances del sistema, la creación de la Inspección General de Seguridad y la Junta de Disciplina, que están constituidas por civiles.

TRABAJO INHUMANO. Fuentes endurece el tono cuando se refiere a la carga horaria que soportan los efectivos. Actualmente, el personal policial trabaja 24 por 48 horas por lo que se siente muy agotado en gran parte de su jornada laboral y agrega que trabajar 24 horas continuas “es inhumano y peligroso, más si a eso le sumamos que queremos que el policía, en una fracción de segundo, decida si tiene que correr a alguien, si tiene que acelerar el móvil o si tiene que dispararle a alguien o no”. En ese contexto, Fuentes señaló que lo ideal sería trabajar ocho horas, como ocurre en otros países, pero reconoce que, por ahora, es prácticamente utópico que ocurra.

MÁS POLICÍAS. ¿Cuál es la cifra ideal de efectivos en relación con la cantidad de habitantes? Para el jefe policial, “en algunas partes del mundo, aproximadamente, siete policías cada mil habitantes. Por los datos que da el Gobierno provincial habría entre cuatro y cinco. Pero no es lo mismo la cantidad que necesita una ciudad que la que se requiere en zonas suburbanas o rurales. Pero le doy un dato: la ciudad de Buenos Aires tiene diez policías por cada mil habitantes. En Mendoza hace falta ir aumentando poco a poco la cantidad de efectivos. Pero no solamente es necesario tener más policías, sino que es más importante mejorar la calidad de esos policías”.

    Sin embargo, sabedor de las posibles molestias que pueda causar el hecho de que un policía escriba un libro en el cual se toquen varios puntos sensibles con respecto a la institución, Fuentes se ataja y asegura que no le preocupa la reacción del poder político, porque cree: “Como profesional de la formación de policías puedo decir que los distintos gobiernos han estado muy preocupados por el tema pero muchas veces no han encontrado los caminos adecuados para alcanzar respuestas, más que nada porque han buscado soluciones parciales. En el libro planteo que la Policía es una de las variables, importante pero no la única. Tiene que ver mucho la educación, la iniquidad social”.

¿CIURCA LEERÁ EL LIBRO? Es inevitable preguntarle al jefe policial sobre si cree que el Gobierno tomará nota de los cien caminos que propone desde la portada de su libro: “Ojalá les sirva a los policías y a los ciudadanos. Toda la plana mayor de la policía tiene conocimiento de mi libro al igual que el ministro. Le voy a regalar uno pero no para que lo ponga en práctica”, señaló